Todo un clásico de la cocina
tradicional de Andalucía. Una gran comida popular cuya enorme simplicidad no debe
dejarnos menospreciar su extraordinaria calidad.
Se trata sin duda de una
gran comida, una de esas comidas capaces de satisfacer al paladar más exigente.
El salmorejo es una comida
antigua, una reliquia gastronómica que sigue con nosotros perfectamente
adaptada a nuestra forma de comer.
Proviene de la antigua
costumbre de la trituración y maceración de alimentos para facilitar su
consumo.
Como toda comida antigua
tiene su leyenda.
Es posible que tenga su
origen en la introducción del trigo en forma de pan como alimento cotidiano por
las legiones romanas en Andalucía, y la costumbre de mezclar algo de este pan
endurecido con una bebida refrescante a base de agua y vinagre denominada posca, muy común entre la tropa.
De ahí arranca toda una secuencia
de comidas de gachas con salmuera y hortalizas que recorren la gastronomía
medieval española, sobre todo la andalusí.
Pero no es difícil pensar
que este tipo de alimentos es mucho más antiguo, quizás casi tanto como el
hombre.
ANTIGUO MORTERO PARA CEREMONIAS DE LA CULTURA ANDINA MUSEO DE LA PLATA, BUENOS AIRES, ARGENTINA. |
El salmorejo viene del
llamado salmorejo blanco, sus
ingredientes muy elementales, pan, agua, aceite, sal y vinagre.
En su deriva en el tiempo se
le añade el tomate este ingrediente moderno introducido de forma cotidiana en
la cocina europea hacia principios del siglo XIX, que le da su atractivo color
anaranjado característico.
El salmorejo tiene muchos
parientes directos en toda Andalucía, desde el gazpacho andaluz, el gazpachuelo
manchego a la Porra de Antequera y
multitud de platos parecidos repartidos por toda las comarcas.
Sus ingredientes varían
según el lugar pero tienen una base común, pan, aceite, ajo y vinagre.
Voy a contaros la receta
tradicional de Córdoba.
Es de una enorme simplicidad, y su elaboración no tiene
en realidad más secretos que la calidad de sus ingredientes.
Delantal.
Necesitamos un buen pan el
que se denomina en Córdoba pan de telera.
Se trata de un pan de masa
compacta y corteza crujiente que a pesar de endurecerse con los días mantiene
su sabor y calidad intactos.
Por eso es el ideal para esta comida, debe de ser
un pan de uno o dos días.
Os aconsejo buscar un pan de
calidad de los muchos que podemos encontrar hoy en día en la multitud de panaderías
que están surgiendo con la afortunada nueva moda del buen pan.
Tenemos que buscar tomates,
en torno a 1 kilo para un bollo de pan, deben de ser de buena calidad con
bastante jugo y muy maduros.
Los ajos frescos y de buen
sabor.
La proporción según os guste, en torno a 1 diente por cada kilo de tomates
Otros de los ingredientes
importantes son el aceite y el vinagre ambos encuentran en esta provincia
andaluza algunos de los mejores cultivos, tanto por los magníficos olivares de
las campiñas de Baena como los afamados vinagres que acompañan a los no menos
afamados vinos cordobeses.
Vamos a seguir el proceso
tradicional.
Partimos el pan en trozos
regulares no demasiado grandes.
En un cuenco amplio ponemos
el pan cortado y mezclamos con el tomate cortado en trozos de un tamaño
parecido, procurando que el jugo no se pierda.
Dejamos macerar durante un
tiempo con algo de sal gruesa.
El tiempo de reposo es importante,
obtendremos una mezcla que va tomando un color rosado donde se mezclan los dos
sabores.
Su textura homogénea y blanda nos indica que es el momento de unir
todos los ingredientes.
En la actualidad utilizamos
una procesadora pero no es difícil pensar en unirlos mediante una maja en el
mismo cacharro, tal y como se hacía tradicionalmente.
Vamos uniendo el pan y el
tomate con aceite, el ajo y algo de agua.
Conviene no excederse en el
agua debe quedar una textura espesa, la justa para mezclar bien los
ingredientes.
El aceite debe añadirse en
pequeñas cantidades para que vaya emulsionándose.
El vinagre y la sal al
final, según os guste. Os aconsejo un buen vinagre, su sabor es muy importante,
con la precaución de tener en cuenta que se potencia con el tiempo de
maceración.
The End.
Conviene servirlo frío,
sobre todo en verano.
Tradicionalmente el
salmorejo de Córdoba suele acompañarse de un poco de jamón ibérico picado y
huevo duro.
Debido a que el aceite es
una forma de conservar los alimentos, nuestro salmorejo puede llegar a mejorar
con algo de reposo, merece la pena guardar algo, notareis unos matices de sabor
más intensos.
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