lunes, 23 de junio de 2014

Espárragos Salteados.






De nuevo las verduras visitan nuestra cocina, en esta ocasión una comida sencilla de ingredientes. Y de elaboración.
Una comida casi inmediata cuyo único secreto es la calidad de la materia prima a utilizar.

Los espárragos son, como casi todos los vegetales, un gran aliado para nuestra salud.
  
Ya hemos hablado de ellos y de sus múltiples ventajas en este blog.  En espárragos templados y en una comida silvestre.

Conocido desde antiguo fue introducido en Europa por los romanos que lo traían desde Persia, paso por la Edad Media como planta medicinal y ha llegado a nuestros días con todo su esplendor, siendo un manjar en nuestras mesas.




Son precisamente sus propiedades saludables, asociadas a la moda de la cocina sana, lo que ha provocado que hoy en día su cultivo se haya extendido en los últimos años por multitud de países de todo el mundo, pudiéndolo encontrar con todo el espectro de calidad y precio. 

A pesar de que su cultivo requiere una cierta especialización es posible acceder a este interesante vegetal a unos precios muy asequibles, consecuencia de un sistema productivo basado en bajo coste de la mano de obra.

Como siempre comentamos, es importante tener toda la información para decidir que vamos a consumir en nuestras mesas.



http://alimentos.org.es/


En esta ocasión vamos a cocinar unos espárragos verdes de un tamaño medio grueso.

Esta es una comida sencilla que puede servirnos como entrante para una cena o como un saludable acompañamiento a otras comidas, desde carnes a pescados.

Los espárragos naturales de color verde tienen un ligero sabor amargo, hay costumbre en algunas cocinas de cocerlos previamente para eliminar este matiz, yo desaconsejo esta práctica ya que eliminamos una parte importante de sus propiedades  saludables.
Es además un defecto al que le vamos a sacar bastante partido.

Tener también en cuenta que las variedades de espárragos morados, típicos de Italia, son ligeramente más dulces que los verdes  al contener algo más de carbohidratos.





Es precisamente el sabor ligeramente amargo de este vegetal, hábilmente matizado y potenciado por algo de limón, sal y azúcar, lo que va a constituir un magnifico entrante al predisponer nuestro paladar a sabores que sigan a esta magnífica comida, especialmente los vinos.


Delantal.




Es importante lavar y secar bien nuestras verduras. 
Desprendemos con la mano la parte más dura de los tallos, es un proceso muy simple.



Tenemos que tantear con delicadeza donde se quiebra nuestro esparrago y desechar la parte más dura. (Aunque en esas cocinas donde todo es aprovechable se puede obtener con este resto alguna sabrosa crema, o incluso un pudin.)

Necesitamos una sartén o una plancha amplia con tapadera.

Colocamos al fuego con un fondo de aceite, dejamos calentar bien.




Añadimos los espárragos enteros intentando colocarlos ordenadamente, tenemos que estar muy pendientes de ir sellando bien todas las partes del esparrago. 
Es, como siempre os digo, un trabajo metódico que requiere nuestra atención.




Cuando notemos que están bien cocinados colocamos la tapadera a fuego bajo y dejamos que el interior de nuestro tallo se cueza.
No necesita demasiado tiempo, en torno a 5 / 10 minutos. Podéis voltearlos con la tapadera.

Cuando notemos que andan cocinados añadís un poco de sal gruesa, un ligero toque de zumo de limón y para terminar algo de azúcar que dejaremos caramelizar al resto del calor del fuego ya apagado.




The End.


Es una comida que puede tomarse caliente, o incluso algo templada a temperatura ambiente.

También aguantan bien el reposo para tomarlos fríos en una comida al aire libre.
Podéis entonces añadir una vinagreta discreta, utilizando algo más de limón, aceite y pimienta.


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