A MODO DE PRESENTACION. Los Origenes



Si quereis, un poco de musica.







Yo soy arquitecto, soy un arquitecto vocacional. Cuando era pequeño solía hacer los planos de los sitios a donde iba, lo cual, reconozco, era pesadísimo porque me metía por todos los rincones de las casas a donde me llevaban. Tenía una curiosidad sin límites.

Sigo teniendo vocación, no he perdido el entusiasmo en mi trabajo. Forma una parte importante de mi vida cotidiana.

Pero, también siempre me gusto comer.

Yo era un niño gordito, y por supuesto feliz. A pesar de mi constitución delgada de origen, de pequeño me dieron un chute de vitaminas para corregir un cierto estrabismo en uno de mis ojos. Y ahí empezó mi historia.

Empecé a sentir a la temprana edad de tres o cuatro años el inmenso placer de saborear la comida. Fui un niño precoz en algunos aspectos, pero en éste sin duda.

Las vitaminas que pretendían corregir el defecto de mis ojos lo consiguieron, pero también despertaron en mí unos instintos hacia los múltiples sabores, olores, texturas y una curiosidad hacia la comida, comparable a la que sentía por las casas con sus habitaciones, tabiques y muebles.

Resumiendo, tenía un apetito feroz.

En realidad, muchas veces creo que no me interesa la arquitectura, ni siquiera me interesa la cocina, lo que verdaderamente me gusta es comer.

Por eso me he decidido a compartir con vosotros estas pequeñas experiencias cotidianas de lo que, podríamos decir, constituye una alimentación domestica sencilla. No esperéis recetas magistrales ni grandes alquimias.

Repasando mi vida, no dejo de pensar que entre los múltiples y buenos amigos que he tenido y sigo teniendo, hay un lazo invisible de unión que va más allá del afecto y el profundo cariño que siento por muchos de ellos, En realidad nos encanta hablar de comida y por supuesto de bebida, esa fraternal compañera que hasta ahora no había aparecido.

Porque también vamos a hablar de bebida.

El recuerdo de esas maravillosas terapias de grupo entorno a la comida me han animado a dedicar un poco de tiempo a algo tan básico como la alimentación cotidiana del homo sapiens, espero que me acompañéis.

Bienvenidos.








-------------------------------------- ۩ -------------------------------------------





LOS ORIGENES








Mi familia es una familia corriente.

Quiero decir, que no ha habido cargos públicos de relevancia. No hemos participado en la creación de ningún paradigma cultural. Ni contribuido a la sociedad con bienes inmateriales dignos de reconocimiento. Aparte de pagar los impuestos, porque siempre hemos sido ciudadanos honrados.

Hubo un antiguo pariente que, aún herido, fue capaz de matar a unos cuantos moros, como correspondía a cualquier cristiano viejo. Yo creo que resultado de su brutalidad más que de una estrategia militar sofisticada.

Cuando me miro con detenimiento en el espejo, soy capaz de descubrir bastantes rasgos medievales inquietantes.

En realidad, del esplendor de aquel antiguo Sancho, el cual pongo en duda, no queda absolutamente nada. En definitiva, no hay calles con alguno de nuestros nombres ni memoria histórica reconocible.

Pero… a mi familia le gustaba, y le sigue gustando, comer.

Recuerdo mi infancia con mis abuelos, con los que pase una buena parte de mis veranos. Era un veraneo de“melón y alberca”.

A pesar de que ya existían las modas del veraneo “racionalista” de playas, piscinas y apartamentos, los padres de mi madre preferían vivir de alguna forma como siempre, es decir, trasladarse a la parte baja de la casa mucho menos calurosa, vestir estampados de flores y sombreros de paja. En el entorno de un pueblo, de su pueblo.

De esta forma tuve acceso a una forma de vida que ellos habían heredado de sus padres y de sus abuelos. Tenemos la suerte de poder conservar aún la casa de mi familia, la casa de mi infancia.

Siempre me ha llamado la atención, cuando me vienen a la memoria todas estas vivencias, que en una sola generación se ha destruido una forma de vida milenaria, una forma de vida ancestral, que se reconoce desde tiempos antiguos. Unos ritmos y una sociedad marcados por las cosechas. El ingenio del hombre por obtener de la naturaleza, en nuestro caso bastante austera, lo necesario para subsistir con el mínimo esfuerzo.

Con la llegada de los primeros brotes de industrialización, la sociedad empieza a liberarse de la tradición y someterse a las reglas de la producción y el consumo. Todo es posible y en la cantidad que se quiera.

Y asi llegamos a la comida.


Tengo recuerdos de un mundo casi arcaico, no solo el contacto con los productos naturales, sino los utensilios que formaban parte de la vida cotidiana.





Para ir a la compra las bolsas de redecillas o canastas y cestos de mimbre, las hueveras de malla de alambre, las lecheras de aluminio.

Las verduras las frutas y hortalizas eran de temporada, se consumían según los ciclos naturales de producción, Era impensable que se pudieran conservar los alimentos congelados.

En aquellos tiempos todo era natural, apenas existía el plástico. Recuerdo que había una fiambrera tupperware legítima de color verde pálido, que trajo mi madre de regalo de Galeries Lafayette de un viaje a Tánger.

Fiambrera que aún conservo. Eran indudablemente los tiempos del buen plástico.


Todo este mundo tenía un orden ancestral, una lógica que venia dada por los invariantes acumulados a lo largo de generaciones. La siembra, la cosecha la trilla. Aunque hubiera un tractor se seguía haciendo como siempre.



En nuestra casa se hacía una comida sencilla, donde lo sofisticado era la elección rigurosa y adecuada de cada ingrediente. La calidad era muy importante, cada alimento era seleccionado y dispuesto para una determinada comida.

Era casi una fiesta el inicio de la temporada de un determinado tipo de comida.

Se daba mucha importancia a la mesa, en definitiva a la comida.


2 comentarios:

  1. Me encanta el blog y me está sirviendo de gran ayuda e inspiración para meterme en la cocina porque en mi casa cocino yo, una tarea que aunque es obligatoria procuro llevarla como una suerte del destino, y lo es.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Adelante, no te reprimas.
      Es posible que ser capaz de disfrutar de forma cotidiana de una comida agradable y saludable forme parte del SECRETO DE LA FELICIDAD.

      Eliminar