Esta es una comida capaz de
acompañar a la perfección a otras.
Es el mejor aliado de
huevos, entrantes, empanadas, pescados y todo tipo de carnes.
Prácticamente todo lo que se
os ocurra.
Es además una comida
bastante sana. Su ingrediente principal, las cebollas, es una de las hortalizas
más saludables que podemos consumir.
Un humilde alimento, fácil
de cultivar y lleno de prodigios para nuestra alimentación, que debe estar
presente en nuestra dieta de forma cotidiana.
Es un potente desinfectante,
corrector del ácido úrico, recomendada para tratamientos antirreumáticos y
fijaciones de calcio, beneficiosa para el sistema cardiovascular, a parte de
sus numerosas vitaminas y minerales como el fosforo y silicio.
Aunque es originaria de Asia
Central se la conoce en Europa desde tiempos antiguos, se sabe que sus
propiedades energéticas, junto con su pariente, el ajo, eran aprovechadas por
los gladiadores romanos, que preparaban un brebaje con estos ingredientes y
aceite de oliva.
También se cocinaba con ella
en Grecia y en el Antiguo Egipto.
Esta comida es bastante
simple no necesita una elaboración complicada, aunque requiere algo de tiempo y
paciencia.
Delantal.
Empezamos por elegir unas
cebollas de tipo común frescas, conviene que sea una cantidad abundante, las
partimos en gajos de tamaño regular.
Ya sabréis los que cocináis
que al trocear la cebolla emite una sustancia irritante, lo que puede que
algunos no sepáis que es un mecanismo de autodefensa de esta planta ante los
depredadores seducidos por su atractivo bulbo.
Necesitaremos también
algunas pasas que pondremos en agua para hidratarlas.
En Una sartén amplia con
tapadera, cubrimos con un fondo de aceite y ponemos a calentar a fuego
moderado. Añadimos la cebolla y removemos con delicadeza, añadimos algo de sal
y pimienta negra molida, dejamos a fuego moderado tapado. Debemos remover de
vez en cuando.
Iremos notando como la
cebolla va reblandeciéndose y cambiando de color, volviéndose algo dorada al ir
cocinándose en su jugo.
Hacia media cocción añadimos
las pasas escurridas y algo de vino seco, podemos usar un oloroso, incluso
algún amontillado.
En algunas ocasiones según la comida que acompañéis, se
puede utilizar un vino tinto, en este caso os recomiendo añadir un poco de azúcar
o incluso miel.
Dejamos terminar la cocción.
The End.
NUESTRA CEBOLLA ACOMPAÑA A UN SOLOMILLO IBÉRICO CON HABICHUELAS , ZANAHORIAS Y CHAMPIÑONES. |
El resultado es un atractiva
y sabrosa comida que será capaz de alegrar y matizar sabores de muchas otras.
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