viernes, 7 de abril de 2017

"Abisinios" De Alcoy.




Muchas veces hemos estado hablando de comidas vinculadas a lugares.
Se trata en definitiva de  una forma de cultura local que va asociada a un modo de vida, a unas costumbres y a unos invariables que forman parte de la idiosincrasia de un territorio.

Los conocidos como abisinios de la interesante ciudad de Alcoy situada en el levante español puede ser una de ellas, aunque no haya traspasado  el ámbito de su lugar de origen, ni haya alcanzado el gran mundo mediático gastronómico, merece una referencia.

Los abisinios son un aperitivo.

Un sencillo bocado salado que es fácil encontrar en cualquier bar que se precie junto a otras interesantes comidas de la rica gastronomía de las sierras de Alicante.
Aunque para muchos de los que estéis leyendo estas líneas este nombre os traiga a la memoria la imagen de los elegantes gatos egipcios de la antigua Abisinia, no debemos olvidar que para los habituales de la no menos apreciada gastronomía de la vieja Castilla, este nombre está asociado a un delicioso bollo frito relleno de crema muy típico de Medina de Rioseco en Valladolid.

Con todas estas referencias vamos a enriquecer nuestro vocabulario y un poco más nuestra cultura del comer.






Llegada la hora del aperitivo en cualquier bar de la comarca de Alcoy y sus áreas limítrofes no será difícil encontraros con unas pequeñas bolitas doradas muy atractivas servidas en unos platos de opalina blanca que suelen acompañar a alguna cerveza local.

Estáis ante los abisinios.





Los abisinios son una comida bastante sencilla. Se trata en definitiva de unos huevos duros rebozados y fritos.

Pero esta aparente simplicidad tiene su origen en la sofisticada cocina barroca francesa, ya que el envoltorio con el que se elabora el rebozado es la conocida masa orly.




Desvelado el pequeño secreto de este aperitivo, su elaboración esconde algunas reglas que hay que conocer.

La base de los abisinios son los huevos cocidos, el resto de ingredientes son los habituales del rebozado orly.

Algo de harina, huevo, un emulsionante que tradicionalmente puede ser cerveza o gaseosa, y como condimentos sal y azafrán.


Delantal.






Como siempre os cuento es importante buscar unos huevos de cierta calidad.

El proceso de cocerlos tiene su importancia, no solo vigilar los tiempos, también debemos seguir una regla sencilla que consiste en moverlos de forma regular durante la cocción para que la yema quede en el centro y su aspecto sea agradable.

Los tiempos de cocción son entorno a los 10 minutos, la idea es que estén enteros con la clara tersa pero que la yema no se reseque demasiado.
Ya estuvimos hablando en una receta parecida, huevos a la turca, sobre la importancia de los tiempos de cocción para los huevos.

En un cazo ponemos agua clara abundante con sal, colocamos los huevos con delicadeza y dejamos cocer a fuego fuerte procurando que el agua hierva durante 10 minutos.
Pasado este tiempo enfriamos los huevos para cortar el proceso y dejamos reposar.
Una vez algo fríos se quita la cascara que resultara fácil si hemos añadido la sal adecuada al agua de la cocción y los huevos son frescos.




La masa del rebozado debe estar hecha con cierta antelación para que actúe el emulsionante.

El objeto de la masa orly no es otro que permitir freír con facilidad alimentos que tengan agua y que su evaporación rápida en el aceite caliente es absorbida por la masa.
Esta  sencilla alquimia nos permite disfrutar de un rebozado especialmente delicado.

Para la masa también hay ciertas reglas sencillas.




Colocamos en un bol un huevo que vamos batiendo añadiendo harina hasta obtener una masa homogénea.
Es el momento de añadir el emulsionante, en este caso usamos cerveza que da cierto sabor a la masa. La añadimos despacio mientras vamos batiendo, aparecerá una espuma que nos indica que vamos por buen camino.

Usamos un poco de azafrán que habremos diluido en agua previamente.




Corregimos la textura con más harina hasta que resulte una crema espesa procurando que no haya grumos.
Dejamos reposar tapada en un sitio templado. No necesitamos demasiado tiempo, con ½ hora puede ser suficiente.

Los abisinios son una comida inmediata, debemos estar pendientes de ir friéndolos.
La fritura también tiene ciertos códigos que debemos respetar.

Usamos un cacharro con capacidad como un cazo o una sartén profunda con aceite abundante.

El proceso de freír, que necesita un cierto ritmo y paciencia, debe aplicarse en este caso, tenemos que pensar que la masa orly aumenta de tamaño al freírse, y es mejor hacerlo en pequeñas cantidades.

Un de las reglas básicas de una buena fritura es la temperatura del aceite, que no llegue a calentarse demasiado, prestar atención a que no llegue a humear.
Normalmente es fácil conseguir un equilibrio entre el cacharro y el fuego necesario.




Partimos los huevos en trozos regulares, normalmente en cuatro trozos es una buena proporción, dependiendo del tamaño de los huevos.



Sumergimos los huevos en la masa y vamos colocando en el aceite caliente procurando darles la vuelta con delicadeza.

Es un proceso rítmico que requiere nuestra atención. 





El agradable color dorado nos indica que está listo.





Los abisinios ya fritos se escurren en del aceite sobrante mientras vamos rebozando y friendo el resto.


The End.






Solo faltan las cervezas frías.
La sal al final al gusto de cada uno.

Una versión de los abisinios algo más sofisticada consiste en elaborarlos con huevos de codorniz, en este caso se fríen enteros.


Espero que disfrutéis de este estupendo aperitivo que propicia una buena comida y no olvidéis, si tenéis la oportunidad de visitar esta comarca, de seleccionar un bar tradicional que tenga abisinios
Seguro que los encontráis cerca de los mercados.


1 comentario:

  1. Los he probado Alcoy y efectivamente es un aperitivo muy bueno

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