miércoles, 4 de diciembre de 2013

Arroz Blanco. Un Buen Acompañante.





Vamos a hablar de otro comodín.
El conocido como arroz blanco.

Aparentemente es una comida de domingo para niños que comen en casa de su abuela.

Pero no es solo un plato sencillo, que acompañado con algo de tomate y un huevo frito, supone una agradable forma de comer que gusta a todo el mundo.
Esta comida esconde un pasado interesante.

Nuestro sencillo arroz hervido y aromatizado, desciende de una antigua comida persa denominada arroz pilaf.
Muy común en todo el oriente mediterráneo, Persia, India, los Balcanes y Turquía.


El objeto de preparar de esta forma el arroz es aprovechar todas las ventajas que este ingrediente aporta al cocinarlo en su forma natural, incluida su cascara. 
Lo que hoy llamamos integral.

La preparación de este arcaico plato es muy similar a la actual, el arroz se cocina hervido con sustancias aromatizantes y condimentos.
Es normal hacerlo a fuego lento hasta que se consuma el caldo y el arroz quede suelto. 
También se puede escurrir una vez cocido y terminar el plato en una segunda fase, en la que se complementa.

Se le pueden añadir multitud de ingredientes con sabores y texturas distintos, tantos como vuestra imaginación y apetito os sugieran.

Por nombrar algunos.
Piñones, pasas, almendras, huevo duro, guisantes, clavo, canela, jengibre, laurel, ajos, castañas, granadas, aceitunas, rabanitos, pepinillos…




Normalmente al arroz pilaf siempre fue una comida compañera de otra más sustanciosa, como guisos de carnes con salsas de sabores intensos.
También constituye en sí mismo una comida de una vez.

Algo de eso nos cuenta en su interesante libro Nuva-Clasica Cocina Andalusí nuestro ya conocido y recurrente autor Luis Benavides Barajas. En la receta que el denomina Arroz perfecto al estilo persa.

Este tipo de arroz tiene una elaboración bastante sencilla, solo requiere tener en cuenta algunas sugerencias.

Normalmente debemos usar como mínimo el doble del volumen de caldo o agua que de arroz, para garantizar una buena textura final.
Es conveniente limpiar bien el arroz en agua antes de su cocción, y como siempre intentar eliminar el cloro del líquido de la cocción.
Se puede saltear el arroz con aceite o mantequilla antes de su utilización para sellarlo, aunque no es imprescindible.
Nos sirve cualquier tipo de arroz. 
Solo recordar los tiempos de cocción medios. Unos 15 minutos para un arroz normal y el doble, 30 minutos para un arroz integral.



Voy a contaros una receta muy básica que nos sirve de acompañamiento a  otras comidas de sabor más intenso.


Delantal.



Un cazo con abundante agua.




Añadimos algo de sal y el zumo de ½ limón escurrido. Este ingrediente nos ayuda a eliminar el almidón que se desprende del arroz y que de esta forma no se apelmace y resulte más suelto.

Ponemos a hervir el agua y añadimos el arroz, la proporción no menos del doble de líquido que de arroz. En este caso vamos a escurrir nuestro arroz, con lo cual es suficiente con prever el agua abundante.

Remover con delicadeza para evitar que se pegue, sobre todo al principio.




Cuando este hirviendo 15 minutos retiramos del fuego e inmediatamente escurrimos y enjuagamos con agua calara para detener la ebullición.

Escurrimos bien y reservamos.




En una sartén amplia sobre un fondo de aceite, sofreímos ligeramente unos ajos troceados menudo, no demasiado.



Añadimos nuestro arroz bien escurrido y removemos con delicadeza para que se vaya cocinando a fuego medio. 

Completamos con pimienta negra molida y corregimos de sal.



Reservamos y dejamos que se enfríe un poco.

Ya está listo para acompañar lo que se os ocurra, pero si tenéis algo de tiempo podéis distribuirlo en una bandeja de servir dándole forma con algún molde.





The End.


Se puede completar con algo de azafrán en la cocción y rematarlo con perejil picado.







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