En
pleno corazón de la ciudad de Sevilla, entre la Plaza de San Francisco y la
Plaza del Salvador, en la calle Entrecárceles, el tiempo se detiene por un
instante. Nos parece estar en una ciudad de principios del siglo pasado.
Es un espejismo, una deliciosa ficción que tiene su origen en un establecimiento relacionado con nuestras charlas.
Unos escaparates que parecen resistirse a las modas del acero y el aluminio, que han atravesado el racionalismo, el pop y hasta el minimalismo, con una gran dignidad.
Si
la vista de los escaparates nos recuerdan tiempos pasados, cuando atravesemos
el umbral nos parecerá que estamos en una tienda del lejano Oeste Americano.
Los artículos expuestos en un ordenado desconcierto aparecen por todos lados, no somos capaces de fijar la vista en nada concreto.
Es un bazar abundante y seductor.
Hasta
para éste que suscribe, más aficionado a comer que a cocinar, la visión de la
gran variedad de utensilios, artefactos, cacharros y artilugios, supone una inspiración
para pensar en qué comer.
Podría
recomendaros miles de cosas, yo mismo tengo muchas de ellas.
Pero creo que sería
mejor que lo visitéis y os dejéis seducir por la fantasía de un mundo de color
lleno de los más sorprendentes juguetes para la cocina.
Toda
una idea para regalar a vuestros amigos. No os olvidaran, serán amigos para siempre.
Siempre nos quedara Internet...
El enlace.
Muchas gracias por esta preciosa mención.
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