Recogemos el testigo de la receta de la escalibada y damos un paso hacia una cocina más sofisticada.
Se trata de una de esas derivas de platos populares sencillos hacia
comidas elaboradas.
Un triunfo de la sabiduría
de la cocina ancestral que gracias a la acertada elaboración de materias primas
sencillas y cercanas, es capaz de
competir con otras muchas comidas y llegar a formar parte de las grandes
mesas.
Es quizás en las nuevas
tendencias de la cocina donde más se ha potenciado el rescate de recetas tradicionales
populares, adaptándolas y haciéndolas convivir con conceptos de cocina hasta
ahora desconocidos.
Esta enorme curiosidad
gastronómica es capaz de unir recetas del sur de Francia o de España, con
salsas de la cocina japonesa y sabores y texturas de Méjico. Teniendo además el
interés de una selección de ingredientes saludables que suponen una relación directa
con nuestro bienestar.
Es posible que la receta de este pudin tenga su origen en uno de los primeros movimientos que surgió, orientado hacia la búsqueda de una alimentación sana y equilibrada, desde la cocina tradicional popular.
Es posible que la receta de este pudin tenga su origen en uno de los primeros movimientos que surgió, orientado hacia la búsqueda de una alimentación sana y equilibrada, desde la cocina tradicional popular.
La Nouvelle Cuisine que se desarrolló
en el sur meridional de Francia allá por la segunda mitad del siglo XX tuvo
efectivamente su origen en la recuperación de una cocina sencilla, bien
elaborada, con productos de temporada cercanos.
Una moda que huía de los
viejos recetarios decimonónicos de comidas complejas adornadas con salsas
pesadas.
Una cocina de sabores intensos, que dio lugar a una búsqueda de la esencia en los productos y en la calidad.
Una cocina de sabores intensos, que dio lugar a una búsqueda de la esencia en los productos y en la calidad.
Ya hemos estado contando
como el interesante libro de El Goloso el autor nos adentra
de forma elocuente en este apasionante tránsito hacia la era moderna de la
cocina.
La influencia de esta moda,
que tuvo su epicentro en la ciudad de Lyon, abarca en realidad toda el área de
la gran cocina occitana y del Languedoc.
No es difícil pensar que al
adaptación de los sabores tradicionales
de la escalibada hacia las texturas
más suaves de un pudin o incluso un suflé, se debiera a esa época fértil, donde
se elaboraron y adaptaron una enorme cantidad de comidas autóctonas, hacia un
nuevo concepto de la forma de comer.
Un esfuerzo por dar
importancia a una alimentación casi olvidada, que con el enorme éxodo hacia las
ciudades durante la primera mitad del siglo XX, había quedado relegada al medio rural.
Aun así no es difícil
encontrar ciertos antecedentes de este flan
de escalibada en parientes cercanos
a esta comida como la granada de Mallorca, o incluso
algunos de los suflés de verduras de la interesante cocina napolitana.
Comidas que tienen su origen
en el desarrollo en el siglo XIX de la gran cocina que acompaño a la
consolidación de la burguesía.
Delantal
Partimos de nuestra
escalibada, a la que no añadiremos nada. Es bien posible que tengamos sobras de esta comida.
Vamos a elaborar una mezcla
que pasada por el horno o mediante el baño maría dará lugar a nuestra comida.
Para elaborar un pudin los
ingredientes necesarios para aglutinar la mezcla son los huevos y algo de crema
de leche, aunque no es imprescindible. A partir de esta sencilla mezcla con las
proporciones adecuadas conseguiremos nuestro resultado.
Necesitamos algunos huevos,
la proporción debe ser adecuada por daros una referencia serian suficientes
unos cuatro huevos por dos berenjenas con el resto de los ingredientes de la
escalibada.
Necesitamos alguna
procesadora.
Vamos encendiendo el horno.
Unimos la escalibada troceada, añadimos los huevos,
pan
rallado, o algún resto de pan algo reblandecido en la crema
de leche.
Es importante utilizar pimienta
negra y añadir tomate rallado, o bien prever
utilizar algo más de tomate en la elaboración de la escalibada.
Lo unimos todo bien de forma
homogénea, conviene probar el resultado y comprobar que las proporciones de los
condimentos son las adecuadas.
Necesitamos un molde para
horno, lo engrasamos bien y vertemos la mezcla bien distribuida.
Colocamos en el horno, no
necesita mucho tiempo en torno a 20 minutos, debemos comprobar pasado ese
tiempo que la mezcla se encuentra cocinada.
Ya conocéis el método de
introducir un utensilio que nos sirva de testigo para comprobar que el interior
de la mezcla ha llegado a cuajarse.
Dejamos enfriar en el horno
y desmoldamos cuando este frio.
The End.
Esta es una receta perfecta
para empezar una comida, podemos entonces utilizar algo de tomate frito o algún
pimiento asado para completar nuestro plato.
También es perfecto para
acompañar otras comidas.
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