lunes, 7 de noviembre de 2016

Canapé Caliente IV. Queso Con Manzana.





Nos encontramos de nuevo con el mundo de los aperitivos.

El tránsito desde el inicio de nuestra comida nos puede servir muy bien para disponer nuestro paladar hacia los sabores definitivos del acontecimiento culinario que le sigue.
No debemos menospreciar el interés de estas pequeñas comidas que acompañadas por las bebidas son el objeto de este preámbulo.

Hasta tal punto son necesarias que pueden suponer el acierto pleno en la elección de nuestro menú.
Ya estuvimos contando que es la oportunidad de mezclas atrevidas e incluso contradictorias entre sabores y texturas, que propician nuestros sentidos para poder apreciar la esencia de nuestra comida.

La importancia del aperitivo radica sin duda en su adaptación a nuestra forma de vida rápida.
Una comida fugaz puede estar muy bien compuesta por una sucesión de pequeñas comidas encadenadas.

Esa en definitiva la esencia de la tapa.


Nuestro canapé es bastante ligero de sabor, es el ideal para una comida con personalidad.

Nos aprovechamos de la acertada mezcla entre el sabor suave del queso emmental y de una manzana de variedad  agridulce.


Delantal.





Como todo canapé necesitamos una base algo rígida que aguante bien nuestros ingredientes.

En esta ocasión vamos a recurrir a un pequeño molde de hojaldre pre cocinado de los muchos que podéis encontrar en el mercado.
Esta masa suave y ligera será perfecta para esta combinación, aunque podéis usar cualquier otra.






Usaremos un queso emmental francés y una manzana de la variedad reineta con un sabor ligeramente acido.

Podéis hacer otras combinaciones según vuestro criterio.
Nos interesa un queso suave de sabor y una manzana con personalidad.
Es la ocasión de recurrir a las tradicionales de otoño, la variedad Granny Smith también algo ácida, o la Golden muy adecuada para cocinar en el horno.






Partimos nuestros ingredientes en porciones de igual tamaño que podamos depositar en nuestro recipiente.

Vamos calentando el horno fuerte y preparamos un cacharro refractario.




Empezamos con la manzana en el fondo.

Sobre la manzana ponemos el queso.




Colocamos en nuestra bandeja de hornear y espolvoreamos con algo de queso rallado de un tipo parecido.




Los más atrevidos podéis recurrir a la pimienta negra molida o incluso al pimentón picante.

Horneamos lo justo para que el queso llegue a fundirse.



The End







Un vino amontillado o cualquier vino del tipo Oporto o Madeira serán perfectos para esta pequeña delicia.



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