martes, 5 de abril de 2016

La Salsa Romesco.




Ocurre algunas veces que resulta difícil ser capaz de definir una comida.
Analizar su origen, su vinculación a la cocina tradicional y que serie de invariantes la han traído hasta nuestro tiempo sin perder su esplendor.
El romesco es uno de esos ejemplos.

Muy vinculada a la zona de Campo Alto en Tarragona esta deliciosa salsa posiblemente pierde sus orígenes en la comida mozárabe y sefardí.
Sus ingredientes nos dan pistas sobre su relación con muchas comidas medievales que siguen cocinándose en Cataluña, el litoral del Levante español y Andalucía.

La esencia del romesco se resume en pocas palabras.
Pimientos secos, que con ayuda del tomate, pan y aceite se relacionan con avellanas y almendras.
Los condimentos. Algo de ajo, pimienta, sal y romero.

No es difícil encontrar platos que nos recuerdan en su elaboración al romesco.
Lo que se reconoce con el nombre de picada o majado, donde suelen participar estos ingredientes, engloban a muchas preparaciones que sirven de condimento a otros platos, y nos ayudan a trabar sus ingredientes y potenciar su sabor.

Se nos vienen a la memoria guisos marineros del litoral mediterráneo los de marmita del sur de España, o algunas preparaciones de la cocina popular como la pericana o el mojo picón canario.

Toda una ciencia antigua de la que el romesco es un buen ejemplo.


Han llegado a nuestros días bastantes referencias a las viejas salsas de la cocina mudéjar, sefardí y mozárabe, con una acertada mezcla del aceite, el pan, los frutos secos y una multitud de especies aromáticas.
Pero no sabemos en qué momento, desde su origen, esta salsa recoge ingredientes tan "modernos" como el pimiento y el tomate.



La elaboración de la salsa romesco es bastanteaste controvertida, hay muchas formas de prepararlo, posiblemente debido a su origen popular y al hecho de servir para acompañar a muchos tipos de comida.
Sin embargo no es difícil reconocer que la acertada unión de los frutos secos con el tomate, el ajo y los pimientos puede ser su esencia.

El romesco está asociado a la preparación de los conocidos como caloçts, unos brotes de cebollas frescas que se asan a la brasa, tradicionales de la cocina de Valls en Tarragona.




Es posiblemente la forma de tomarlo más conocida, aunque se puede usar junto a otros muchos platos como pescados y verduras, incluso podemos cocinar con él, como es el caso de los afamados calderos de pescado de Cataluña y Baleares.

Voy a contaros el romesco que yo suelo hacer, que como veréis nos va a permitir cierta creatividad y alguna variación de sus condimentos según la comida a la que vaya a acompañar.


Delantal.




Los ingredientes imprescindibles para realizar la salsa romesco son la base de otras muchas preparaciones.
Pimientos secos rojos, también sirven las ñoras, ajo y frutos secos preferiblemente avellanas, aunque también podemos usar almendras o piñones.
Se traban con tomate escaldado y aceite.
Como condimento, algo de pimienta negra y romero, que parece ser le da nombre a esta salsa, aunque es un ingrediente con un sabor muy peculiar muy adecuado sobre todo para acompañar las carnes asadas.




Las proporciones son orientativas, una ñora y dos pimientos, dos ajos y algunos frutos secos.
El tomate es el que nos corrige la textura. Si queremos una salsa más fluida añadimos más tomate.

Empezamos escaldando el tomate para poder pelarlo, quitarle la acidez y obtener la pulpa.




En un cazo hervimos agua y sumergimos el tomate, con un minuto es suficiente.
Extremos y pelamos, reservamos la pulpa.




En la receta original los ingredientes se asan, teniendo los pimientos secos y la ñora hidratados con agua algún tiempo.

En esta ocasión vamos a cocinar en una sartén.





Sobre un fondo de aceite añadimos los ajos cortados, la ñora, los pimientos y algún tomate desecado.
Dejamos que los pimientos se hinchen y endurezcan al cocinarlos. No debemos dejar que se queme.

Es el momento de añadir los frutos secos. En este caso usamos almendras y piñones.
Los vamos tostando hasta que resulten dorados.




Retiramos los tallos de las ñoras y añadimos el tomate para freírlo ligeramente.
Dejamos reposar.




La salsa romesco debe resultar ligera y homogénea os aconsejo una procesadora.

Mezclamos bien los ingredientes nos ayudamos añadiendo aceite crudo, corregimos los condimentos y la sal.




The End.






Las posibilidades de esta interesante salsa son tantas como nuestra creatividad nos permita.

Yo la he tomado con casi todo, no solo con las afamadas cebollas frescas asadas, también con carnes, pescados y verduras, incluso formando parte de algún guiso de pescado o marisco.

Sin olvidar la oportunidad de condimentar los guisos de marmita de legumbres a la manera de Andalucía.



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