martes, 7 de julio de 2015

Estofado De Carrillera Al Estilo Antiguo.





Ya hemos referido muchas veces la enorme importancia que tienen en la historia de la cocina los buenos guisos de fondo.

La sabiduría domestica fue creando un repertorio de bases para la preparación de suculentas comidas que han sido el germen de la nueva cocina de vanguardia.

Su importancia no ha pasado desapercibida para los amantes de la buena mesa y eruditos de la gastronomía.
Desde Alejandro Dumas, Álvaro Cunqueiro y hasta el propio Leonardo Da Vinci, dan su merecido reconocimiento a las marmitas domésticas.
Caldos, potajes, guisos, ollas, cocidos, escudellas, sopas y pucheros surgen de la intuición ancestral de las cocinas que se pierde en la memoria.

Hoy vamos a hablar de uno de ellos con todas sus consecuencias.


El estofado es precisamente una técnica de cocina heredada de la vieja tradición, hecha sin prisa, a fuego lento.
No tiene grandes misterios, para poder sacar el mejor partido a sus ingredientes  se cocina en un recipiente refractario cerrado que administra el calor justo en su tiempo.

El estofado es habitual para guisos de carne acompañados de verduras y legumbres, su perfección en la cocción garantiza el resultado exacto.

La carrillera, o también conocida como carrillada, es un corte de carne situado en la mandíbula. 
La más habitual es la de ternera o buey y sobre todo la de cerdo.





Una carne con una textura resultado de un equilibrio muy peculiar entre la gelatina y la  grasa que la convierte en una comida con mucha personalidad cercana a la casquería.

En esta ocasión vamos a cocinar la carrillera de cerdo ibérico, muy valorada en las últimas tendencias de la cocina española.
Otra de las costumbres de las matanzas tradicionales que han hecho el tránsito para instalarse en la vanguardia de la cocina.

La técnica del estofado, al utilizar el propio vapor de la cocción, permite además aromatizar y aderezar nuestra comida y nos abre unas posibilidades muy interesantes para cocinar carnes de sabor especial.

El estofado en su propia esencia resulta algo contrario a nuestro ritmo de vida actual. 
Nuestra prisa cotidiana se aleja del concepto de una cocina lenta hecha con tiempo.
Sin embargo, como otro de los grandes contrastes de nuestros tiempos, están surgiendo muchos artefactos, robots y artilugios programables que nos permiten recuperar las viejas técnicas de cocina.
La domótica nos está permitiendo recuperar de una forma cómoda una cierta calidad de vida.

En esta ocasión vamos a utilizar una vieja técnica muy sencilla que nos va a permitir disfrutar de esta deliciosa comida sin grades complicaciones.


Delantal.





Necesitamos una carrilada de buena calidad a ser posible de cerdo ibérico, aunque podéis usar cualquier otro tipo de carne.

Nuestra carne tiene mucha personalidad y no necesita un gran acompañamiento.
Usaremos como verduras algo de cebolla, y ajo
Para especiar laurel, clavo y pimienta.





Dentro de las preparaciones de estofados las posibilidades de maceración y aderezos es tan ilimitada como interesante.

En nuestro caso vamos a macerar  la carne con un buen vino oloroso o un amontillado durante algunas horas.





Empezamos nuestro guiso.

Necesitamos un cacharro refractario con tapadera, lo que en la cocina tradicional francesa se llama una cocotte, que no es más que una cazuela profunda hecha de fundición de hierro.
No es imprescindible, podéis usar una cazuela de barro o de vidrio refractario siempre con tapadera.

Los estofados son propicios para utilizar nuestra reconocida olla exprés, es el guiso adecuado para este sistema, pero en esta ocasión vamos a ser fieles a la tradición. 



http://www.11thpa.org/



Vamos encendiendo el horno.


Partimos la cebolla en trozos pequeños, la proporción aproximada una cebolla por ½ kilo de carne.

Sobre un fondo de aceite abundante salteamos la cebolla algún ajo partido y añadimos también las especies para sacarles partido.





Laurel, clavo y pimienta negra en grano

Dejamos cocinar con paciencia.


Añadimos la carne bien escurrida partida en trozos regulares, dejamos sellar un instante.

Una de las características de los estofados es cocinar los ingredientes en crudo.

Cubrimos con algo más de vino y caldo o agua clara.






Corregimos la sal, metemos en el horno con la cazuela tapada a fuego bajo. 
Dejamos cocinar con paciencia necesita bastante tiempo, en torno a 1 hora y ½.
Según los tiempos de la cocina lo necesario para preparar algún postre y los aperitivos.

Se trata de una comida con un sabor fuerte y peculiar que viene bien corregir con alguna verdura con personalidad, yo tengo cierta predilección para este plato por las setas.

Es interesante conseguir setas frescas, alguna de sabor neutro como champiñones o níscalos.
Las añadimos casi al final troceados y limpias.

Si tuvierais la oportunidad de conseguir las setas frescas recién cogidas seria perfecto. 
En este caso hay que saltearlas con un poco de ajo y dejar que su savia nos de una gelatina insuperable.





Normalmente la textura final de nuestro plato es la perfecta, una salsa suave envuelve a una carne en su punto.

Descubriréis un resultado insospechado, la cocción lenta tapada va reblandeciendo la carne y sacando todo el partido al sabor de los ingredientes y de las especies con el ligero aroma del vino. 


The End.






Esta comida se deja acompañar por algunas patatas y un buen vino.




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