...“Esa rara salsa provenzal hecha a base de ajo y aceite”...
De esta forma definía el erudito cocinero Alejandro Dumas su experiencia en el sur de Francia con esta salsa.
Abriendo así la curiosidad
de su época a esta interesante comida y dándonos pistas claras sobre su incierto y controvertido origen.
Efectivamente, el conocido en
al actualidad de forma común como alioli. una palabra que deriva de las
lenguas del Levante español, donde su consumo ha perdurado en el
tiempo y ha trascendido a la cocina del
mundo.
Pero la historia de la acertada mezcla de estos dos sencillos ingredientes es mucho más intensa.
La leyenda de esta interesante
salsa se remonta a la antigüedad, posiblemente a Egipto, aun hoy en día se
conserva prácticamente intacta en Siria y Líbano.
No es difícil suponer que
fueron los romanos y otros pueblos de la cuenca mediterránea que consolidaron
el cultivo del olivo, los que repartieron esta curiosa alquimia.
En realidad la razón de la
localización geográfica actual de su consumo es precisamente su vinculación
ancestral al cultivo del olivo y la obtención del aceite.
RECOGIDA DE LA ACEITUNA EN ANDALUCÍA EN LOS AÑOS 30 DEL PASADO SIGLO. |
Esta preparación se reconoce
con facilidad en muchos legados gastronómicos ancestrales.
Pero es quizás en la zona meridional de la Península Ibérica, en el sur de Francia y en Italia donde mejor ha arraigado su esplendor.
Pero es quizás en la zona meridional de la Península Ibérica, en el sur de Francia y en Italia donde mejor ha arraigado su esplendor.
El alioli es un plato popular, sus ingredientes son sencillos y asequibles.
Siempre ha estado envuelta en un cierto misterio al tener que emulsionar la grasa del aceite con el ajo hasta llegar a obtener una sabrosa crema.
Siempre ha estado envuelta en un cierto misterio al tener que emulsionar la grasa del aceite con el ajo hasta llegar a obtener una sabrosa crema.
Desde sus dos elementos
principales, el ajo y el aceite, existen algunas variantes en su elaboración
añadiendo algún ingrediente, como, limón, algo de yema de huevo, o incluso
patata cocida, que tienen como objeto llegar a conseguir la textura final.
El uso del alioli es muy
diverso, normalmente es muy común utilizarlo como condimento de otras comidas.
Su sabor intenso es el
aliado perfecto para sacar todo el partido a multitud de platos.
Desde guisos de marmita como
el giraboix. Un conocida comida con verduras y pescado o carne, donde el alioli es indispensable. Atribuido a la cultura Íbera, localizado en las sierras de la provincia de
Alicante, parte de Murcia y Albacete,
Los suculentos gazpachos manchegos.
Sin olvidarnos de los
arroces y calderos de pescado.
En el sur de Francia e
Italia es fácil que acompañe al bacalao. Posiblemente el origen de la brandada.
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En el otro extremo del
Mediterráneo, el conocido como toum
de la cocina libanesa lleva una proporción mayor de ajo y algo más de limón.
Suele acompañara a las carnes y mariscos a la brasa.
Tampoco debemos olvidarnos
de la mayonesa, posiblemente
emparentada con el alioli, constituyendo esta relación una de las mayores
controversias de la filosofía culinaria.
Según la
leyenda su nombre deriva de la isla de Mahón en el archipiélago Balear.
Una modificación llevada a cabo por un cocinero francés allá por mediados del siglo XVIII. Para eliminar el intenso sabor del ajo, suavizo la preparación con huevo y alguna crema para conseguir un matiz más ligero y adecuarse a los paladares de la cocina cortesana francesa.
Una modificación llevada a cabo por un cocinero francés allá por mediados del siglo XVIII. Para eliminar el intenso sabor del ajo, suavizo la preparación con huevo y alguna crema para conseguir un matiz más ligero y adecuarse a los paladares de la cocina cortesana francesa.
ALGUNAS MAYONESAS |
Hoy en día encontramos todo
tipo de mestizajes culinarios entre ambas salsas. De hecho es muy común
elaborar un alioli de forma mecanizada añadiendo una parte de huevo.
En realidad se puede decir
que es una mayonesa con algo de ajo.
Es esta variante del alioli elaborado
con huevo la que ha llegado incluso al denostado fast-food, acompañando a fritos de patatas y pescados.
En definitiva toda una apasionante
historia que esta con nosotros desde hace miles de años y que se resume en algo
muy sencillo.
Emulsionar el aceite con el
ajo.
Delantal.
Los ingredientes ya están
contados.
Aceite de oliva de
calidad abundante, dos o tres dientes de ajo pelados sin el germen, algo de sal
y algo de zumo de limón fresco.
Además de estos ingredientes
necesitamos algo de paciencia, la elaboración tradicional del verdadero alioli requiere una cierta técnica y
seguir algunos pasos tan sencillos como imprescindibles.
Es interesante destacar la
multitud de propiedades beneficiosas del ajo común para nuestra salud, hasta
tal punto que se puede considerar uno de los elementos básicos de la cocina naturista.
Es un eficaz antibiótico, reduce
la presión arterial y el colesterol. Es también muy conocido su efecto
beneficioso contra el reumatismo y además es un buen antidepresivo.
Una larga lista que se
potencia aún más si lo tomamos crudo y que no debió pasar desapercibida a
nuestros antepasados.
EL RENOMBRADO AJO MORADO DE LAS PEDROÑERAS. CUENCA |
Voy a contaros la receta
tradicional popular, aunque añadiremos algún ingrediente extra que nos puede
ayudar al esquisto tránsito de esta emulsión.
Debemos tener cerca algún
huevo a temperatura ambiente.
Esta comida requiere un
cacharro especifico, se trata de un mortero algo hondo, a ser posible
cerámico, o al menos que disponga de una superficie lisa. Su correspondiente
maja de madera.
Pelamos los ajos
y los partimos en trozos grandes, es importante desprender el brote interior que
nos dará demasiado sabor.
Ponemos los ajos en el fondo
de nuestro mortero.
Añadimos un poco de sal y unas gotas de limón recién exprimido, es importante trabar bien estos ingredientes durante un tiempo.
Añadimos un poco de sal y unas gotas de limón recién exprimido, es importante trabar bien estos ingredientes durante un tiempo.
Vamos machacando el ajo
hasta obtener una pasta homogénea y pueda desprender su jugo que es necesario para que
se realice la emulsión con el aceite.
No tengáis prisa.
No tengáis prisa.
Ahora empezamos, conviene
sentarse cómodo.
Tradicionalmente se colocaba
el mortero en el regazo.
Vamos moviendo lentamente
nuestra mezcla en círculos con un ritmo continuo y vertiendo el aceite en cantidades
muy pequeñas sin dejar de mover.
Es entonces cuando debe
comenzar la emulsión y notaremos que va surgiendo una crema homogénea de color
amarillento pajizo que va aumentando de volumen conforme se añade el aceite.
Llegará un momento en que
nuestra mezcla adquiere cierta solidez dependiendo de la cantidad de aceite y
una atractiva consistencia gelatinosa brillante, e ira perdiendo el sabor
fuerte de ajo para llegar a una crema suave.
The End.
Dejar reposar a temperatura
ambiente en el mismo mortero.
Esta alquimia está sujeta a
supersticiones y leyendas, un fallo en
el proceso detiene la emulsión y arruina el resultado.
Muchas recomendaciones inverosímiles
servían de talismán. Colocar ajos en la cabeza, no
dejar que nadie mire el proceso, cambiarse de postura…
Vosotros mismos podéis ir
probando.
Dejando atrás la magia hay
algunas reglas muy sencillas, también heredadas de la tradición, que nos van a
ayudar a conseguir un buen alioli.
Aunque muchos puristas de esta receta se echen las manos a la cabeza os las voy
a contar.
Se trata de dos
recursos que nos ayudan a que se traben
bien nuestros ingredientes.
Por un lado añadir cuando
comencemos el proceso una yema de huevo a temperatura
ambiente. La grasa del huevo nos va a ayudar a emulsionar los ingredientes.
Este es posiblemente el
origen de la mayonesa. Si además usamos un aceite más suave o una grasa animal,
algo más de limón o vinagre y eliminamos el ajo llegamos directamente a esta
deliciosa salsa.
Otro de los recursos
tradicionales para obtener la textura deseada del alioli consiste en utilizar
algún trozo pequeño de patata cocida que añadiremos al
principio junto con el huevo.
Estos dos ingredientes son
complementarios y nos ayudan a crear una salsa algo más suave de sabor y con
una textura más consistente.
El propio hecho de colocar el mortero en el regazo tiene mas de química que de magia, ya que el calor corporal ayuda al punto justo e temperatura que favorece la emulsión.
El alioli es un plato con un alto contenido en calorías propio de la cocina de invierno.
Espero que os divirtáis con
este antiguo juego y no perdáis la paciencia, merece la pena el resultado
cuando lo combinamos con alguna buena comida.
O simplemente con un buen pan.
O simplemente con un buen pan.
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