jueves, 9 de enero de 2014

Escurridor De Verduras.





Este es otro artilugio tan sencillo e insignificante como práctico.
Un pequeño juguete sin apenas importancia, lo podéis encontrar en multitud de tiendas de menaje y ferreterías.
Puede que hayáis pasado por su lado y ni siquiera os hayáis fijado.

Se trata de un simple escurridor dentro de un recipiente, que tiene un sencillo mecanismo que permite centrifugar de forma mecánica la canastilla de tal forma que por inercia va soltando el agua rebelde que pueda quedar en nuestras verduras después de enjuagarlas.
Aunque sirve para secar cualquier tipo de verdura y hortaliza su uso más común es el escurrido de los ingredientes de una ensalada, sobre todo la lechuga y otras hortalizas.





Las ensaladas son uno de los acompañamientos más oportunos en nuestra dieta, se remontan a tiempos inmemoriales.
Su etimología nos lleva al latín herba salata. A la antigua Roma donde los encurtidos y verduras en salmuera eran muy apreciados y comunes en la dieta cotidiana de aquellas épocas.

Existe casi un tipo de ensalada por persona, pero aun así se pueden establecer unos invariables más o menos genéricos que normalmente gustan a todo el mundo.
Es una receta  universal, muy extendida por multitud de países.



En realidad no tienen ningún gran secreto, a parte de algún ingrediente exótico, o alguna fórmula más o menos novedosa para la vinagreta.
Pero si existe un misterio en una ensalada es la mezcla perfecta de los componentes y el aliño, para ello es muy importante que los ingredientes estén bien secos, de esta forma la combinación de sabores ligeramente salados y ácidos de la vinagreta sirve para matizar el sabor de nuestra lechuga y sus acompañantes.




La función más importante de un buen aderezo no es solo potenciar el sabor de los ingredientes, además son también un aporte de sales minerales, ácidos y grasa vegetal, que supone un reconstituyente adecuado en épocas de calor.
Las ensaladas son para el verano.
Pero también para el invierno, ya que sus componentes resultan tremendamente digestivos y son el complemento idóneo de comidas algo más pesadas.

Comer ensaladas junto con nuestra comida es una de las mejores costumbres posibles, al aportar al bolo alimenticio una gran cantidad de agua y fibra.
Es bien conocido el poder saciante de este perfecto acompañamiento.


Pues para sacar provecho a todas estas ventajas saludables nuestro sencillo juguete es prácticamente imprescindible.
Ya hemos hablado de lo conveniente que resulta de mantener nuestra lechuga en agua para que  no se marchite y pierda sus fabulosas propiedades.

Nuestro artefacto nos permite en un instante escurrir nuestra ensalada perfectamente y así poder aderezarla en el último momento con facilidad.

Cuando lo probéis descubriréis una nueva dimensión de las verduras y hortalizas se nos abre la puerta a todo un mundo de sabores con las  posibilidades de los distintos componentes de los aliños y aderezos. 

Como si se tratara de otra comida distinta.



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