Este es un pequeño bocado
muy simple de preparar y que sin duda dará a cualquiera de vuestras comidas un
aire sofisticado.
Partiendo
de dos ingredientes, que por separado pueden ser excepcionales, provocamos
una unión que tiene su interés en el contraste entre el intenso
sabor ligeramente picante del queso azul, y el agridulce de la confitura
de naranja amarga.
Como
todo buen aperitivo, toda una experiencia para nuestro paladar, que prepara
nuestros sentidos para la comida que llegara después.
Delantal.
Lo primero, como siempre, encontrar
una base de pan buena.
Os aconsejo un pan integral
de sabor neutro y con la mínima sal posible.
Necesitamos un pan no muy
grueso, podéis aplastarlo con un rodillo.
Ahora viene el ingrediente
base, el queso azul.
Existen muchas variedades, aunque
la mayoría se elaboran de la misma forma
Se trata en definitiva de un
queso elaborado normalmente con leche de vaca y madurado en cavas a temperatura
ambiente favoreciendo la aparición del hongo denominado penicilium, que es el
responsable del moho que produce el atractivo veteado de color azulado.
Es una forma de elaborar
queso muy antigua de la que ya se tienen noticias allá por el año 1.000 en la
zona del norte de Italia, cerca de Milán, en la ciudad que da nombre a una de sus
variedades más conocidas. Gorgonzola.
El queso gorgonzola no es el único famoso que podemos encontrar.
Últimamente ha tomado mucha fama el queso asturiano de cabrales.
Aunque no es el único.
Es un
tipo de queso muy extendido por el norte de España.
Existe otra variedad de bastante
calidad en Cantabria.
Otra de las variedades más
reconocidas es el afamado queso francés de roquefort, que aunque mantiene un
proceso de fabricación muy similar a sus parientes, se suele elaborar con leche
de oveja.
Sin duda otro memorable ejemplo
de la interesante cocina occitana.
Pero esta sencilla alquimia
que permite conservar el queso de forma natural está presente en la gastronomía
de otros muchos países.
Por nombraros algunos.
El
reconocido queso ingles stilton, y el danablu, también conocido como queso azul
danés, que surge hacia principios del siglo XX como réplica al fascinante queso
roquefort.
Así que tenéis donde elegir, porque para esta sencilla receta os puede servir cualquiera de estos quesos.
A pesar de la similitud
entre estos tipos de quesos se pueden apreciar algunos matices interesantes.
Algunos tienen un sabor más intenso y ligeramente picante, otros, como el
danés, resulta más suave.
El gorgonzola suele ser más cremoso
porque se suele tomar aun algo fresco, con menos maduración.
Extendemos un capa de queso
lo más homogénea posible.
Ahora utilizamos una mermelada de naranja amarga y extendemos una capa muy ligera sobre el queso.
Cubrimos bien.
Cortamos nuestro pan en porciones no muy grandes y colocamos en una bandeja sobre una base engrasada o un papel de horno.
Con la parte alta del horno
fuerte lo templamos un momento, no demasiado, lo justo para que se funda el
queso y al mermelada se tueste ligeramente.
The End.
NUESTRO CANAPÉ BIEN ACOMPAÑADO DE OTROS DE SOBRASADA Y CIRUELA |
Es un acompañamiento
perfecto para cualquier aperitivo, si se enfrían siguen estando bastante
buenos.
Os aconsejo un vino o champan seco.
Sencillo, buen gusto, rápido, delicioso, fino detalle... ¡Gracias!
ResponderEliminarEstupendo
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