Vamos a hablar de otro
juguetito para cocinas, un artilugio insignificante pero bastante práctico.
Seguro que por muchas de
vuestras cocinas encontráis alguna bobina del denominado hilo de bramante,
resto de alguna preparación de Navidad, o que trajo algún amigo buen cocinero
para un festejo.
En realidad se llama hilo
de bramante a un tipo de cordel hecho a base de cáñamo o fibras naturales que
se usa desde antiguo en las cocinas como ayuda para atar los alimentos y
sujetarlos en la cocción.
Aunque en la actualidad han
surgido multitud de métodos alternativos a este arcaico sistema, como
redecillas, mallas elásticas y un sinfín de posibilidades, vinculadas sobre
todo a las preparaciones de hostelería, el hilo de bramante se sigue
utilizando.
Nos recuerda a cocinas
antiguas, el color blanco de esa bobina se asocia a ejecuciones pulcras y limpias,
pero es difícil manejar la bobina con las manos sucias y que nuestro carrete
no resulte manchado.
A alguien ingenioso se le debió
ocurrir un artilugio consistente en un sencillo estuche con un orificio para
que la bobina de hilo este siempre protegida. Además si se dispone de un práctico
cortador cualquier operación con nuestro hilo será rápida y cómoda.
Hay en el mercado multitud
de modelos de este práctico juguete.
Buscaros uno y adentraros en
el fascinante mundo de los rellenos y trufados de la cocina antigua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario