Os cuento una comida muy
sencilla que sorprenderá a todos vuestros invitados.
Un aperitivo delicado y muy
sabroso que os servirá de preámbulo a cualquier comida importante.
Se trata de una receta que
nos llega de la India.
Tiene como base unos huevos de codorniz cocidos.
Yo la aprendí de una amiga
inglesa, una cocinera ecléctica que viaja por todo el mundo con una inmensa curiosidad
por la comida y con la que comparto muchas experiencias gastronómicas.
Los huevos de codorniz han
sido hasta no hace demasiado tiempo una rareza difícil de encontrar, pero en la
actualidad son bastante accesibles gracias a la cría en cautividad de estas pequeñas aves.
Este pequeño bocado esconde algún
secreto agradable.
Se trata de un alimento con
unos valores nutricionales en proporciones de tres a cuatro veces mayor que los
habituales huevos de gallina.
Este dato se refiere tanto al contenido en proteínas,
en vitaminas y minerales. Son además recomendables por contener una menor
cantidad de colesterol que su pariente de mayor tamaño.
Curiosamente están considerados
idóneos para combatir las alergias debido a las proteínas de ovomucoide que
contienen.
Vamos a ver qué podemos
hacer con este sencillo prodigio.
Delantal.
Primero tenemos que cocer los
huevos de cododrniz en abundante agua algo salada durante no menos de 10 minutos.
Os aconsejo poner el agua a
hervir y añadir los huevos cuando rompa el hervor, solo una advertencia, dejarlos
con precaución para que no se rompan.
Una vez cocidos se enfrían y
se reservan.
Si los peláis aun templados
os resultara más fácil. Limpiarlos bien.
En un bote con tapadera
usamos una base de pimentón ahumado, como unos 100 gramos.
Añadimos comino molido unas
dos cucharadas y algo de sal.
Removemos bien con el bote
tapado para que los ingredientes estén perfectamente mezclados.
Una vez fríos los huevos los
disponemos en un cacharro para tomarlos acompañado de otro con la mezcla de
especies.
Se toman con la mano embadurnándolos
suavemente sobre la mezcla de especies.
The End.
Os sorprenderán los matices de sabor que
despertara nuestros sentidos para cualquier comida que les siga.
Podéis potenciar esta experiencia con un vino ligeramente dulce, algún oloroso o cream del sur de Andalucía, Incluso
un sauternes francés.
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