domingo, 24 de diciembre de 2017

La Tarta Tatin De Melocotones.






Este conocido postre es todo un clásico de la cocina tradicional francesa.
Su extensa leyenda, con alguna anécdota controvertida, da prueba de la fama de esta deliciosa tarta, cuya receta original estaba realizada con manzanas.

La tarta tatin es una pariente francesa de la reconocida tarta de manzana, tan popular en la cocina anglosajona y en su interesante deriva hacia la cocina autóctona de los primeros colonos asentados en la costa atlántica de Norteamérica, donde hoy en día es casi un postre nacional.

Ya se tienen referencias de las tartas con frutas en la cocina inglesa allá por el siglo XIV en la corte de Ricardo II.
El conocido como Ricardo de Burdeos de la casa de Plantagenet, ocupa en el año 1.377 el trono de Inglaterra, trayendo consigo la refinada cultura de la corte de Aquitania.
Su controvertido reinado no fue obstáculo para que la influencia de la tradición de la cocina Occitana mediterránea llenara de colorido y exotismo las frías cocinas de la Inglaterra medieval.
Una antigua referencia en un libro de corte ingles, fechado en 1.390, sobre cierta tarta hecha con una masa cubierta con manzanas, peras, higos y pasas nos descubre el origen de nuestra comida.



La tarta de manzana por supuesto se siguió cocinando en Francia y su recorrido en el tiempo nos lleva hasta el año 1.889 en el Hotel Tatin en la ciudad de Lamothte-Beuveron en el centro del país.
Siguiendo con la historia y sus leyendas, fue en las cocinas de este establecimiento familiar, donde las hermanas Caroline y Stephanie Tatin crearon nuestra tarta.
Un descuido hizo que la preparación inicial de manzana se cocinara demasiado llegando a una compota, lo cual fue aprovechado por Stephanie, que cubriendo con la masa el resultado y horneándolo en el mismo recipiente acabo creando esta interesante tarta.
El resto de esta historia puede llegar hasta nuestros días en vuestras propias cocinas.



POSTAL DE LA EPOCA DEL HOTEL TATIN

Una variante interesante de esta tarta es utilizar melocotones en lugar de manzanas. 
Una forma de apreciar el interesante sabor y textura de esta deliciosa fruta que en su temporada constituye sin duda una de las razones más evidentes para amar a la naturaleza.
La preparación de la tarta tatin, como ya cuenta su leyenda, es bastante sencilla, el descuido atribuido a Stephanie Tatin y su habilidad para salvar la situación nos dan la clave del pequeño secreto de esta tarta, que tiene la peculiaridad de cocinarse al revés, es la masa la que cubre la preparación y sirve de envoltorio para la cocción final en el horno.




Los ingredientes de esta delicia son también sencillos, la única exigencia es la calidad de la fruta, que debe ser excepcional.
En este caso la oportunidad de pasar por la vega de Granada en la temporada de la cosecha de sus magníficos melocotones fue razón más que suficiente para preparar la tarta tatin con esta fruta.
Para acompañar la fruta algo de mantequilla y azúcar para caramelizarla.
Alguna creatividad nos permite pensar en la canela y algún licor de frutas agradable.
Toda una experiencia gastronómica que recomiendo.

La tarta tatin tradicional se cubre con una masa quebrada aunque se puede pensar en una masa sablé.
La sutil diferencia entre estas dos masas radica en que la masa sable es dulce y lleva huevo, lo que permite que la proporción de materia grasa sea algo menor. 
En mi opinión la masa quebrada es la adecuada para la tarta tatin ya que su estricto sabor complementa a la perfección el delicioso dulzor del relleno que llega casi a empalagar.

Para la masa quebrada, harina, mantequilla o un aceite suave, y algo de agua.

Delantal.



Primero amasar para que tenga reposo.
Las proporciones tiene cierta importancia, lo mejor usar una medida sencilla. Para un vaso de harina usamos la mitad de materia grasa, mantequilla o aceite de girasol o de maíz.




Usamos un recipiente amplio para amasar.
Vertemos la harina en su proporción y añadimos la mantequilla. Es imprescindible un poco de agua para que la harina se trabe.
Como regla fundamental mover los ingredientes hasta que se amasen pero no demasiado para que el gluten de la harina no se disuelva y reserve la masa durante la cocción.
De esta forma obtendremos una masa crujiente y quebradiza. Justo lo que pretendemos.




Dejamos reposar tapado.

Preparamos la fruta, en el caso de los melocotones yo suelo usarlos sin pelar para esta tarta, se parten por la mitad y retiramos el hueso central.




En una sartén amplia vertemos azúcar, podemos usar azúcar de caña con algo de azúcar refinada, de esta forma obtendremos un jarabe oscuro.
Se calienta ligeramente para tostarlo, mientras vamos añadiendo agua.
La proporción es importante para la textura final del almíbar.



Como referencia por cada cuatro cucharadas de azúcar usaremos una de agua. La cantidad la suficiente para cubrir el fondo de nuestro cacharro.
Entonces añadimos mantequilla y mezclamos bien con el jarabe.


Podemos partir parte del melocotón en trozos pequeños y añadirlos al jarabe.
Colocamos los melocotones en orden con la parte de la semilla hacia abajo, dejamos cocinar unos minutos y después les damos la vuelta.




Es importante hacerlo con delicadeza porque el resultado será el aspecto de nuestra tarta.
Dejamos cocinar un tiempo, como unos 10 minutos  a fuego suave.




Ya podemos ir encendiendo el horno.

Vamos extendiendo la masa sobre una superficie enharinada, utilizamos un rodillo hasta extenderla formando un círculo del tamaño del cacharro para hornear.





En la elaboración tradicional de la tarta tatin se utiliza el mismo cacharro que hemos usado para hacer la compota para meterlo en el horno, cubriendo la fruta con la masa quebrada.
Suele tratarse de una sartén de hierro que admite el calor intenso del horno. Este método no es imprescindible, forma parte de la leyenda de la tarta tatin, la simplicidad y rapidez en su elaboración.




Si no disponemos de un cacharro de estas características pasamos la compota a un cacharro refractario .
Cubrimos con la masa llegando bien hasta los bordes. 
Colocamos la fruta sobre la masa cuidando de nuevo el orden y la disposición de la fruta.




Horneamos entre 15 o 20 minutos a fuego medio, hasta que la masa este cocinada, algo dorada y crujiente.
Como siempre os cuento el aroma de la masa cocinada nos tendrá alerta.

The End.




Desmoldamos y dejamos reposar fuera del horno.
Es el momento de apreciar la creatividad y el talento de las hermanas Tatin.

Este es un postre muy sencillo de elaboración que permitirá un cierto lucimiento a los no iniciados.

Es una receta que con algo de práctica dominareis sin problema y podréis disfrutar en su plenitud probando incluso con otras frutas.

Para los aficionados a la historia de la cocina comentaros que el Hotel Tatin sigue hoy en día abierto en Lamothte-Beuveron, 
En su Restaurant Gastronomique podéis disfrutar de la interesante gastronomía de la región y por supuesto de su famosa tarta.






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