martes, 25 de octubre de 2016

Sorpresa De Verano.


 
 
Esta es una de esas comidas sencillas que seguro logran sorprenderos.

La insospechada combinación de los higos, uno de los frutos más deliciosos que llenan nuestros huertos al final de verano, con los quesos y las nueces da como resultado una acertada combinación de sabores y texturas que convierten a este sencillo plato frio en una delicada comida que formará parte de vuestro repertorio favorito.

En las referencias de este blog de lo que podemos comer antes de las comidas ya estuvimos uniendo el queso con los higos.

La mezcla entre la textura dulce de los higos maduros y el dulzor salado de los quesos es un acierto que predispone nuestro paladar hacia otros sabores.

En definitiva la esencia de un buen aperitivo.
 

Esta es una comida muy sencilla de preparar, una de esas recetas que cualquiera puede cocinar, con solo seguir unas reglas simples en su preparación saldremos airosos.





Los higos son una fruta muy común que alcanza su plenitud hacia finales de agosto y principios de septiembre en las latitudes del hemisferio norte, siempre ligada al cambio estacional de la llegada del otoño.

Sus ventajas son muchas, sobre todo destacar su alto contenido en fibras muy superior al de otras frutas, que lo convierten en una fruta digestiva,
Contiene minerales todos beneficiosos, magnesio, potasio, fosforo. A destacar el calcio que es muy abundante.
Bastantes vitaminas, sobre todo las antioxidantes.

Algún inconveniente.
Su aporte extra de carbohidratos, que aparte de darle su extraordinario sabor, hacen poco recomendable su consumo excesivo en periodos de dieta contra las  calorías, con la indulgencia de que su alto contenido en fibra consigue que el azúcar se asimile de forma gradual.

En definitiva se la puede considerar una fruta saludable que nos ayuda al crecimiento, la digestión, a eliminar toxinas, la hipertensión, los resfriados ya retener el envejecimiento.

Los ingredientes de nuestra comida son sencillos, y además se elabora sin cocción, lo que le puede permitir a los iniciados una oportunidad para experimentar en el mundo de la cocina.
Los higos, deben estar maduros, normalmente los encontramos de temporada en nuestros mercados,

También podemos usar las brevas que encontraremos justo al inicio del verano.
Este fruto se diferencia de los higos en la estación de recolección, ya que es el resultado de la maduración durante el invierno de los higos que se quedan en el árbol.

Los quesos a utilizar tienen cierta importancia, vamos a realizar una mezcla entre dos o más tipos con algún condimento para lograr un sabor y una textura concreta.
 
 
Para conseguir un sabor que contraste con el dulzor de los higos usaremos una base de crema de queso, algo de queso de cabra y algo de queso azul, del tipo roquefort, danés, cabrales o cualquiera de los múltiples tipos de queso.

Aunque podéis variar los tipos según vuestro criterio procurando el contraste entre lo picante, el sabor intenso de la leche de cabra y la suavidad de la crema.

Delantal.
 
 

Primero seleccionar los higos, conviene que tengan una forma regular, deben estar maduros pero no demasiado.
 



Los lavamos bien, el higo es una fruta que se toma con la piel.
Mezclamos bien los quesos, empezando por la crema de queso, la batimos para que resulte una pasta homogénea, añadimos el queso de cabra y el queso azul en trozos pequeños.
 



 
 
Es importante que la unión se haga de forma homogénea, lo conseguimos batiendo la mezcla de forma rítmica y constante a temperatura ambiente, algo de calor ayuda a trabar bien los ingredientes, sobre todo si usamos unos quesos algo grasos.
 
 

Para condimentar añadimos algo de mostaza y salsa picante del tipo tabasco o cualquier otra.
Reservamos en frio para que tenga la textura algo sólida.

Para la cobertura utilizaremos unas nueces.
 
 

Se trituran en un mortero hasta llegar a un tamaño pequeño y lo extendemos sobre el fondo de un cacharro.

Ahora necesitamos algo de habilidad para envolver nuestros higos con la crema.
 
 

Con las manos vamos envolviendo los higos con la crema, es un proceso sencillo vamos envolviendo con suavidad dándole forma circular con nuestras manos.
 
 

Para terminar pasamos las bolas sobre las nueces hasta llegar a cubrirlas por completo.
 
 

Dejamos reposar en frio.

The End
 
 

Este es un plato perfecto para comenzar cualquier comida y también os puede servir para acompañar alguna ensalada agradable.

Cualquier vino blanco frío será capaz de permitiros apreciar este interesante contraste de sabores.


 


 

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