Aunque la receta está muy
localizada en la costa de la provincia de Alicante, en lo que se conoce como La Marina, no es difícil encontrar esta comida desde Murcia hasta El Garraf
catalán.
El resultado de la perfecta
simbiosis entro los productos del mar y los abundantes arrozales existentes en
los deltas de los ríos y albuferas de esta costa española.
Este arroz es una comida
popular, su origen está en el avituallamiento en los barcos de pesca de bajura
consistente en un guiso marinero hecho con parte de la pesca.
Concretamente con aquella de
menor valor comercial constituida por el tipo de pescado con más espinas que
carne, normalmente de sabores intensos. Lo que normalmente se conoce como pescado de roca, y que en la lengua de
aquellas tierras se conoce como morralla.
Un término con un cierto
significado despectivo injustificado, ya que su sabor puede constituir un
auténtico privilegio en la cocina.
La ciencia de este plato consiste en utilizar el interesante caldo de fondo que se obtiene con este pescado, para elaborar un arroz que garantiza el aporte de los hidratos de carbono.
Los restos del pescado,
libres del caldo, constituyen otra comida complementaria.
Una elaboración tan sencilla
como arcaica, basada en la vieja sabiduría de la cocina ancestral de buenos
fondos.
Resulta curioso que hay algunas
personas algo ajenas a las alquimias de la cocina que tienen la impresión de que
se trata de un arroz pobre al no encontrar nada.
Una apreciación
tremendamente equivocada porque
precisamente este arroz lo tiene todo.
La esencia misma de la mar atrapada
en el arroz.
Toda la secuencia de los
sabrosos matices del pescado, y el marisco solo acompañados por el sutil sabor
de las ñoras y el ajo.
Es posiblemente uno de los
arroces más extraordinarios.
La base del sabor de este
arroz proviene de la nombrada morralla,
cuya captura es muy específica y salvo en las lonjas y mercados del litoral de
su influencia resulta difícil de encontrar.
http://www.tentacionsdelmar.com/ |
Se trata en definitiva de un
pescado de sabores intensos, que reúne un amplio espectro de los distintos
matices de otros muchos productos.
Para tratar de sustituir
esta esencia se suele recurrir a un buen repertorio de pescados y mariscos,
sobre todo crustáceos y moluscos.
Os nombro los más comunes, una especie de sencillo manual, aunque vosotros mismos podéis disponer de lo que tengáis a vuestro alcance.
Os nombro los más comunes, una especie de sencillo manual, aunque vosotros mismos podéis disponer de lo que tengáis a vuestro alcance.
Algo de fondo como un rape, sobre todo sus desperdicios.
se puede recurrir a pescados de sabores intensos como el cazón o la corvina y por supuesto cualquier pescado de roca habitual, salmonetes, cabracho, gallo. Según vuestro mercado.
Respecto a los moluscos, mejillones,
calamares
o jibias, y en definitiva cualquier bivalvo fresco.
Para terminar algunos
crustáceos como gambas, langostinos o algún pariente
cercano.
La elaboración de esta
extraordinaria comida tiene que seguir inexorablemente los pasos de los cocineros-pescadores de los
barcos.
Primero hay que hacer
nuestro fondo, lo más importante.
Una vez seleccionado el
pescado vamos a preparar lo que en cocina se denomina un caldo corto.
Se trata de una preparación que
tiene su origen reconocido en la cocina francesa.
De los múltiples caldos de
fondo de esta cocina el conocido como caldo corto (court-bouillon) se refiere concretamente al caldo realizado con pescado,
cuyo tiempo de ebullición es mínimo para poder obtener la mayor parte de
propiedades y sabor de sus ingredientes marinos.
Podemos decir que prácticamente
se trata de escaldar los pescados y mariscos.
Es importante seleccionar
los pescados para nuestro caldo, yo aconsejo en el caso de nuestros
ingredientes separar las cocciones según el siguiente criterio.
Por un lado cocemos los crustáceos,
en nuestro caso langostinos, que requieren muy poco tiempo, apenas nada.
Colocamos en un cazo con
agua clara que los cubra y llevamos a ebullición, cuando rompa a hervir sacamos nuestros mariscos dejando el
caldo.
En otro recipiente haremos
los mejillones, como ya hemos contado en este blog en una cazuela amplia
colocamos un poco de agua y cocemos los moluscos hasta que abran su concha.
Reservamos el líquido colado
de ambas cocciones.
Una tercera olla nos servirá
para los calamares, troceados y limpios.
El resto de pescados en nuestro caso el rape y la corvina, separando los despojos de la carne para que la podamos utilizar después para otra comida.
El resto de pescados en nuestro caso el rape y la corvina, separando los despojos de la carne para que la podamos utilizar después para otra comida.
Normalmente los caldos
cortos se acompañan de alguna verdura incluso vino, dependiendo del destino
final de la preparación.
En nuestra comida solo
utilizaremos un poco de cebolla y algunos granos de pimienta negra.
Es importante vigilar la proporción entre los ingredientes y el líquido ya que debe resultar un caldo de sabor intenso para que nuestro arroz adquiera los matices de sabor necesarios.
Si hemos seguido los pasos
correctamente obtendremos un caldo que tendrá una textura de gelatina al
enfriarse.
Recordaros que cuando
hablamos de agua clara se hace
referencia a un agua libre de ingredientes de clorado que aportan algo de sabor
y son habituales en las redes de agua potable domesticas para garantizar su
consumo en óptimas condiciones higiénicas.
Como consejo podéis usar un agua embotellada, o bien hervir el agua corriente, incluso en el caso de tener aguas de cierta calidad basta con dejar evaporar el cloro durante una noche.
Como consejo podéis usar un agua embotellada, o bien hervir el agua corriente, incluso en el caso de tener aguas de cierta calidad basta con dejar evaporar el cloro durante una noche.
Ahora es importante alguna preparación
previa con los condimentos de nuestra comida.
Empezamos por el azafrán,
cuyo pigmento y sobre todo su aroma, son imprescindibles para un buen
resultado.
Es la ocasión de hablar un
poco de esta interesante especie muy vinculada al clima mediterráneo y parte de
Asia desde antiguo.
ANTIGUA PINTURA MURAL SOBRE LA RECOLECCIÓN DEL AZAFRÁN |
El azafrán proviene de desecar
el estigma de una bonita flor casi silvestre, un bulbo de pequeño tamaño de la
familia de lo crocus, parientes lejanos de los tulipanes, con una eflorescencia
bastante vistosa.
Se trata de un cultivo
sencillo que requiere unas condiciones climatológicas concretas. España es uno
delos mayores productores mundiales de azafrán considerándose de bastante
calidad frente a otros cultivos de oriente próximo como Irán e India.
RECOLECCIÓN DEL AZAFRÁN EN LA MANCHA. ESPAÑA http://azafrandelamanchaatalaya.blogspot.com.es/ |
Su uso en cocina es
ancestral, manteniéndose de forma habitual en la gastronomía de muchos países,
entre ellos España y muy concretamente en nuestra receta el arroz a banda.
El proceso a seguir para
aprovechar las propiedades de este estambre consiste en tostarlo en una sartén
sin dejar que se queme y mezclarlo con un poco de caldo.
Lo reservamos.
Ahora le toca a otro
ingrediente importante, otra especie que nos acompaña desde hace tiempo, el pimentón,
que se obtiene como resultado de moler alguna variedad de pimientos desecados
como la ñora.
En el caso de nuestro arroz
recurrimos a una forma de utilizar este condimento ancestral, que consiste en freír
el pimiento seco en aceite, desmenuzarlo y a través de él hacer colar el caldo.
Freímos las ñoras
sobre una sartén con abundante aceite, notaremos que se van hinchando y
adquiriendo una textura crujiente.
Es el momento de retirarlas,
dejar que se enfríen un poco y desmenuzarlas y reservarlas en un colador.
Llega el momento de nuestro arroz, ya hemos estado hablando en este blog sobre las reglas ineludibles de tiempo de cocción y proporciones de este interesante cereal y que su preparación requiere apenas 20 minutos de nuestra atención.
Es importante la proporción entre el arroz y el caldo, en este caso es de doble volumen de caldo por arroz, lo más fácil utilizar una simple taza de café que nos sirva para medir.
Si utilizáis una taza de café solo es la medida adecuada para una persona.
Usaremos una paella, aunque
sirve cualquier recipiente metálico amplio.
Añadimos algo de aceite a
fuego vivo, doramos algunos dientes de ajo aplastados, después
los retiramos.
Rallamos un tomate y lo dejamos cocinar en el aceite, se
evaporara su jugo y nos quedara su interesante sabor.
Es también el momento del azafrán.
Es también el momento del azafrán.
Entonces añadimos el arroz
dejando que vaya tostándose, se ira volviendo transparente.
Es el momento de añadir
el caldo vertiéndolo sobre el colador con las ñoras fritas, hay que
hacerlo con cuidado, debe estar muy caliente, prácticamente
a punto de ebullición.
Lo distribuimos bien procurando
que quede homogéneo. Recordar que en cuanto el arroz vaya consumiendo el caldo
no debe de moverse para que no se partan los granos.
Los tiempos recomendables
son muy sencillos. Unos 15 minutos de los cuales en torno a
10 minutos a fuego fuerte.
Debéis vigilar la proporción
entre el caldo y el arroz, si vierais que se consume con rapidez conviene reducir
el fuego y taparlo para evitar la evaporación.
Una de las características de
la paella es que el arroz se cuece con muy poco espesor al ser bastante amplia,
lo cual le da la textura característica de estos platos españoles.
Si no disponéis de este
artilugio no renunciéis a disfrutar de esta comida, simplemente usáis algún otro
que sea amplio y para taparlo podéis recurrir a un papel de estraza u otro
tipo de papel engrasado o de horno.
En último caso un papel de periódico
limpio os puede servir.
Recordar también que el tiempo de reposo es importante para llegar a conseguir que el sabor de nuestro caldo sea absorbido por el arroz.
Es costumbre proporcionar esta comida en dos partes, ya que la segunda vez, con el reposo adicional y al estar más templado, se aprecian matices de sabor más intensos.
The End.
No pocos aficionados a
cocinar y comer los arroces sostienen que la calidad de un buen arroz se observa
en la textura del fondo de la paella cuando se vacía.
Hay algunas controversias en
relación a utilizar como acompañamiento a
esta comida una salsa de alioli.
Como la denomina Alejandro
Dumas.
"Esa rara salsa provenzal de ajo y aceite."
Resulta extraño pensar que
se pudiera elaborar el alioli en un barco en alta mar, aunque su aporte
energético inmediato es un valioso aliado para compensar el enorme esfuerzo
físico que exige el trabajo de la pesca.
Se trata de un complemento
que puede resultar adecuado para esta comida, aunque el intenso sabor de esta
salsa puede llegar a distorsionar parte de su esencia.
En mi opinión, el alioli es
perfecto para preceder al arroz, e ir provocando a nuestros sentidos para la
extraordinaria experiencia de este delicioso plato.
De hecho es muy común, en el
uso popular de esta comida, abrirla y acompañarla de encurtidos o incluso de corteza de limón,
que predisponen a nuestro paladar.
Es un arroz que se debe
tomar solo, en todo caso acompañado por algún agradable festejo vegetal no
demasiado aliñado.
Si seguimos la secuencia del
origen de esta comida podemos tomar la carne de los pescados a continuación del
arroz.
Es lo que popularmente se denomina un caldero.
No hay inconveniente en
seguir este ejemplo y más queaconsejable acompañar entonces el pescado con el alioli.
Para los interesados os doy
la receta rápida.
El alioli se hace de forma
tradicional emulsionando el ajo machacado con el aceite incorporado en cantidades
pequeñas. Es algo difícil de ejecutar y requiere un poco de técnica y bastante
paciencia.
Como alternativa es muy común
ejecutar una mayonesa con aceite de oliva y añadir una proporción de ajo.
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