Esta es una comida sencilla,
prácticamente sin importancia, de esas que se hacen con los restos de nuestro
frigorífico.
La esencia, la mezcla de la
carne de pollo con el interesante sabor del pimiento, matizado por la mostaza y
la miel.
Es además una comida
tremendamente sana, una acertada unión entre la nutritiva carne de ave y las
ventajas saludables de esta increíble hortaliza que nos llegó de América y que
es tan común en nuestra dieta habitual.
Ya hemos hablado de los pimientos
en este blog en la receta de pimientos salteados y de las múltiples
razones para tenerlos presentes en nuestra comida de forma constante.
El pimiento es además un interesante
ingrediente en nuestras comidas por su peculiar sabor.
Vamos a utilizar en este
caso unas pechugas de pollo. Aunque podéis usar cualquier otra parte o incluso
cualquier otro tipo de ave.
Es interesante buscar una
carne con un sabor poco acentuado para
poder apreciar la intensidad de esta salsa.
Vamos a cocinar las pechugas
completas para que resulten más jugosas.
Delantal.
Primero hacemos unos cortes
en nuestras pechugas de forma ordenada para facilitar la cocción completa y
exacta de nuestra carne.
Añadimos sal y pimienta,
podéis incluso añadir alguna otra especie que os guste, aunque en poca
cantidad.
Usaremos pimientos verdes
del tipo italiano, en una proporción
abundante pero no excesiva, unos tres pimientos medianos por cada pechuga.
Al cocinarse en de forma
tapada un exceso de pimiento puede dar un resultado algo amargo que se debe
matizar con la miel.
Añadimos también un puerro,
o algo de cebolla para dar consistencia a nuestra salsa.
Troceamos el puerro fino y
el pimiento en trozos regulares algo más grandes.
Para obtener un resultado de
sabores más intensos utilizaremos nuestra aliada la olla exprés, aunque no es imprescindible esta forma de cocinar
preserva el sabor de nuestro ingredientes.
Primero sobre un fondo de
aceite salteamos bien las pechugas por todos sus lados sin que llegue a cocinarse demasiado.
Reservamos.
Ahora añadimos algo más de
aceite si hiciera falta y sofreímos el puerro y después los pimientos, no
demasiado.
Añadimos las pechugas con la
parte que queramos que quede vista hacia abajo y cocinamos en torno a 15/20
minutos.
Como siempre el sutil aroma
del pimiento cocinado nos delata que nuestra comida esta ya lista.
Destapamos y separamos las
pechugas.
Ahora con una procesadora
potente trituramos los pimientos con el jugo, añadimos mostaza y algo de miel.
Es importante el equilibrio
de sabores, esta variedad de pimiento tiende a ser algo amargo, un defecto
interesante que corrige la miel. En exceso resulta empalagoso, en su punto apreciamos
el interesante sabor de esta hortaliza.
Os recomiendo una miel multifloral que suele ser mas suave de sabor.
Ya hemos hablado de un producto canario de la isla de La Palma denominado Ladera de la Reina que ha conseguido el premio a la mejor miel de Canarias del año 2013.
Os recomiendo una miel multifloral que suele ser mas suave de sabor.
Ya hemos hablado de un producto canario de la isla de La Palma denominado Ladera de la Reina que ha conseguido el premio a la mejor miel de Canarias del año 2013.
Tenemos que utilizar también una
mostaza de tipo normal de buena calidad, la proporción es también importante, y
su cantidad depende de lo que apreciéis el sabor intenso de esta interesante
salsa.
A mí me gusta con un matiz
algo fuerte que sea capaz de crear algún contraste con el ligero sabor dulzón
de los pimientos y la suavidad de la carne de pollo, sobre todo si usamos la
parte de las pechugas que puede resultar algo más sórdida.
Servimos las pechugas con la
salsa cubriéndolas, dejaremos salsa aparte, nos vendrá bien.
The End.
Esta es una comida sencilla
y agradable que se deja acompañar de un vino tinto joven.
Si tomamos esta comida en
verano podemos servirla como un fiambre cubriendo las pechugas de esta salsa
que unida con algo de gelatina nos dará un espléndido envoltorio verde, después
de su correspondiente reposo en frío.
Para que no os quedéis con al curiosidad vamos a verlo.
Otra vez el Delantal.
Templamos varias laminas de gelatina neutra remojadas en agua con la salsa.
En un molde colocamos la pechuga entera y cubrimos con nuestra mezcla después de dejarla enfriar un poco.
Necesita el reposos en frigorífico de al menos dos horas.
Una vez frío lo desmoldamos con delicadeza y colocamos en una fuente, entero o troceado.
Servimos acompañado de algún encurtido agradable.
The End.
Para esta preparación la salsa debe de tener un sabor mas intenso ya que este antiguo proceso vuelve algo insípidas nuestras comidas.
Para que no os quedéis con al curiosidad vamos a verlo.
Otra vez el Delantal.
Templamos varias laminas de gelatina neutra remojadas en agua con la salsa.
En un molde colocamos la pechuga entera y cubrimos con nuestra mezcla después de dejarla enfriar un poco.
Necesita el reposos en frigorífico de al menos dos horas.
Una vez frío lo desmoldamos con delicadeza y colocamos en una fuente, entero o troceado.
Servimos acompañado de algún encurtido agradable.
The End.
Para esta preparación la salsa debe de tener un sabor mas intenso ya que este antiguo proceso vuelve algo insípidas nuestras comidas.
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