Esta
es una comida que se lleva bien con cualquiera otra, no tiene problemas para relacionarse.
Incluso
por sí misma es un plato agradable que se deja acompañar de algún huevo frito y
ambos, junto con algo de arroz blanco y tomate dan lugar a una estupenda
comida.
Los
pimientos llegaron de América, los trajo Cristóbal Colon, están en nuestra
cocina desde el siglo XVI, a diferencia de su pariente el tomate que se utilizó
mucho más tarde.
Las Variedades más carnosas y dulces que consumimos habitualmente son
híbridos que se empiezan a cultivar prácticamente en el siglo XX.
El
pimiento es un prodigio para la salud, debemos de tomarlo de forma habitual.
Un
aporte importante de minerales y vitaminas, con una sorpresa que quizás no sepa
todo el mundo. Aporta una gran cantidad de vitamina C, incluso mucho más que en
los cítricos.
Todos
estos componentes suponen muchas ventajas para nuestra salud.
Nos
ayuda al crecimiento y refuerzo de tejidos y órganos. Es un gran reconstituyente
sanguíneo recomendado en periodos de reposición.
Es
por supuesto antioxidante, analgésico para el reuma y la artritis como el ajo y
además, las variedades picantes son unos magníficos quemadores de grasas
Vamos
a ver qué podemos hacer con esta magnífica hortaliza.
Esta comida es muy sencilla.
Necesitamos
pimientos verdes, yo voy a utilizar una variedad del tipo dulce italiano, un pimiento de tamaño normal con la piel de color
verde no demasiado gruesa.
Aunque
prácticamente sirve cualquiera.
Lo
cortamos en rodajes no muy gruesas de tamaño regular. Reservamos.
Pelamos
unos ajos, como un diente por cada dos pimientos, en trozos pequeños.
Sobre
una sartén amplia un ponemos fondo de aceite, no esperamos a que este muy
caliente, añadimos los ajos, sin dejar que se frían demasiado.
Entonces
echamos los pimientos, el fuego moderado. No conviene taparlo.
Vamos
removiendo para que se vayan cocinando bien por todos lados, podemos añadir
algo de sal.
Cuando
notemos que están hechos, no necesita demasiado tiempo, notaremos que se fríe
la parte exterior lo cual permite que se cuezan en su parte interior.
Entonces
añadimos una cucharada de azúcar.
Una
medida de café por cada ajo puede ser bastante.
Dejamos
caramelizar ligeramente.
Podemos
añadir un poco de pimienta molida, aseguraros de que no sean picantes.
The
End.
Esta comida nos sirve de acompañamiento para carnes, otras verduras, pescados, huevos, potages, purés comidas frías y calientes, migas. casi todo lo que se os ocurra.
podéis probarla con cualquier tipo de pimiento, incluso con una mezcla de ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario