Una fase mas en al secuencia de convertir nuestra crema de calabacín en algo mas.
Vamos a pasarla a estado solido con ayuda de algunos ingredientes sencillos.
Delantal.
Primero
haremos una masa quebrada. Aunque como ya sabéis no es imprescindible.
Ya sabéis la masa quebrada es el primer eslabón de las masas.
Os lo recuerdo.
Ya sabéis la masa quebrada es el primer eslabón de las masas.
Os lo recuerdo.
Harina,
unos 250 gramos, como un vaso de agua lleno. Una parte de materia grasa, aceite
o mantequilla, o ambas cosa, como unos 150 gramos, esta proporción es
importante para esta masa.
Algo
de levadura, un poco de agua para poder amasar siempre de forma rápida para no romper la cadena del almidón y una
pizca de sal.
Necesita
algo de reposo en fresco, protegido de las corrientes.
Se extiende y se rellena el molde. Se pincha y un ratito en el congelador para que suba por igual.
Si
nos decidimos horneamos y reservamos.
Ahora
cogemos nuestra crema de calabacín, vamos a realizar el tránsito a sólido.
Ponemos al fuego suave, añadimos unos trozos de queso de cabra, podéis usar
cualquiera que os guste, yo recomiendo uno con materia grasa y algo de sabor,
para que se mezcle bien con la crema de verduras.
En esta receta vamos a
usar uno gallego fácil de encontrar Veigadarte.
Si
usáramos un queso menos cremoso habría que añadir algo de nata o crema de
leche
Lo
troceamos y añadimos a nuestra mezcla sin parar de mover. Un poco
de vino blanco seco. Movemos suavemente y añadimos una cucharada de harina,
dejamos espesar un poco
.
Podéis corregir la condimentación y añadir alguna especie, como algo más de pimienta o nuez moscada, al hornear pierde algo del sabor que apreciamos en la crema.
Cuando retiremos del fuego añadimos tres huevos batidos y mezclamos con suavidad sin trabar demasiado.
Podéis corregir la condimentación y añadir alguna especie, como algo más de pimienta o nuez moscada, al hornear pierde algo del sabor que apreciamos en la crema.
Cuando retiremos del fuego añadimos tres huevos batidos y mezclamos con suavidad sin trabar demasiado.
Vertemos
en el molde engrasado y horneamos durante unos 20 a 30 minutos. Debemos vigilar
el aspecto hasta que esté a nuestro gusto.
Es importante usar la proporción adecuada de queso y materia grasa, ya que las quichés deben resultar algo jugosas y con sabor, evitando que queden secas o demasiado cocinadas.
Es
algo que no tiene unas reglas muy específicas, conviene quedarse algo cortos en
el horno, dejando el huevo algo crudo, siempre podemos corregir el resultado, o
dejarla que se termine de cocinar en el horno aún caliente.
Esta receta admite, copiando a su pariente Lorraine, añadirle un poco de panceta ahumada en trozos.
Si no queremos enfadar a la báscula también podemos usar jamón dulce cortado en trozos pequeños. añadir además unos trozos de calabacín crudo que dará una textura agradable.
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SE HA UTILIZADO UNA HARINA INTEGRAL DE AHI EL ASPECTO ALGO RUSTICO DE LA MASA |
Desmoldamos y dejamos enfriar. Al enfriar se asienta un poco.
Las quichés se pueden tomar templadas o frías, suele ocurrir que resulten más sabrosas con algo de reposo
Pueden constituir un magnifica cena de verano acompañadas de una ensalada sencilla y un buen vino blanco bien frío.
Y también de invierno.
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