De nuevo la historia se
mezcla con nuestra comida.
En este caso con una sencilla receta que os sorprenderá.
En este caso con una sencilla receta que os sorprenderá.
La coca es una elaboración de
origen catalán, aunque existen versiones similares en todo el levante español,
las Islas Baleares y Aragón.
La sencilla preparación de
una torta de harina de trigo con alimentos sobrepuestos ya nos anticipa una
idea de la antigüedad de esta comida, que aporta prácticamente todos los alimentos
necesarios para el hombre.
Carbohidratos, grasas, verduras y proteínas.
Carbohidratos, grasas, verduras y proteínas.
Y que se puede conservar un
cierto tiempo una vez cocinada.
Concretamente la palabra
coca deriva del vocablo holandés kok, al igual que el legendario cake inglés.
Esta palabra tiene su origen
en la lengua fráncica, con la que se entendían allá por el siglo VIII, cuando
Pipino el Breve y Carlomagno hicieron todo lo posible por reconstruir el
esplendor del Imperio Romano de Occidente y que un siglo más tarde daría lugar
a la actual Francia y al Sacro Imperio Romano Germánico.
Ya nos andan contando bastantes autores dedicados a la gastronomía y la historia muchas costumbres y comidas de aquellas épocas.
La coca ha llegado a
nuestros días con todo su esplendor.
Esta comida surge como
aprovechamiento de las masas de pan que
no habían fermentado. Fue una forma práctica e inteligente de no desperdiciar
este resto.
Se cocinaba plana añadiendo azúcar
y otros elementos básicos.
Desde este sencillo origen se
desarrollan muchas formas de prepararlas, desde saladas, con levadura y sal, las dulces con huevo y azúcar en su masa.
A esta base se le pueden
añadir multitud de ingredientes variados.
Pues vamos a reconstruir una
parte de los sabores de aquellos tiempos,
Os voy a contar una de las
cocas que más me gustan, si la memoria no me traiciona tengo entendido que es
de origen mallorquín.
Aunque estos ingredientes son muy comunes en casi todo el territorio por donde merodean las cocas.
Aunque estos ingredientes son muy comunes en casi todo el territorio por donde merodean las cocas.
Unas acelgas de buen aspecto, necesitan remojo abundante para lavarlas bien.
Una cebolla grande por un
manojo de acelgas, se corta en gajos, Los distribuimos sobre las acelgas y dejamos reposar con paciencia.
El orden es importante para
que el jugo de la cebolla atraviese la acelga y al impregne. Es aconsejable
dejarlas toda una noche.
A la mañana siguiente, después
de desayunar, vamos a preparar la masa.
Se trata en realidad de una
masa simple, yo os voy a dar las proporciones que considero perfectas.
Mezclamos los ingredientes bien
añadimos algo de sal y dejamos reposar en un sitio fresco algo de tiempo.
Vamos encendiendo el horno,
que este bien caliente.
Ahora rehogamos con un fondo
de aceite las acelgas y la cebolla, justo hasta que las verduras evaporen el
agua sobrante, dejamos templado a fuego medio.
Es hora de usar la masa. Utilizamos
un cacharro refractario, extendemos la masa plana y sobre ella distribuimos la capa
de verduras bien mezcladas.
Horneamos una ½ hora, hasta
que la masa quede crujiente.
The End
Como siempre desmoldarla algo fría, utilizando una tapadera para poder darle la vuelta sobre nuestra fuente sin problema.
Como siempre desmoldarla algo fría, utilizando una tapadera para poder darle la vuelta sobre nuestra fuente sin problema.
Os aconsejo tomarla
templada, aunque el reposo la mejora bastante. Sobre todo si la guardáis a
temperatura ambiente, tapada para que las verduras no se resequen.
Es una comida perfecta para
un buen vino rosado.
Para una cena completarla con algún buen queso después.
Para una cena completarla con algún buen queso después.
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