lunes, 11 de marzo de 2013

PImientos del piquillo rellenos de queso




Vamos a hacer por algo sencillo y sorprendente, tanto por la combinación de sabores, como por el aspecto y textura final

Sus ingredientes
Pimientos del piquillo enteros, que son muy fáciles de encontrar en conserva, hay de muchas marcas, incluso blancas.

Suelen ser de bastante calidad, y una conserva muy asequible, a pesar de la dificultad de elaboración, ya que en la mayoría de los casos se hace de forma artesanal.
La cosecha de pimientos, para todo el que haya tenido acceso a una huerta, es increíblemente abundante. 
Hay un momento que los pimientos "se ven hasta en la jarra del agua”.

http://www.piquillodelodosa.com/


Es entonces cuando en muchas empresas conserveras comienza una labor frenética de asarlos, quitarles la piel y envasarlos con su jugo, algo que en casa resultaría muy laborioso, aparte de encontrar los pimientos en el mercado, ya que este tipo de cultivo está muy localizado fundamentalmente en Lodosa, Navarra, donde se localiza su Denominación de Origen. Aunque se pueden encontrar variedades similares por La Rioja, País Vasco, y por supuesto, Levante y Murcia.

En resumen, detrás del simple hecho de abrir una lata de este producto hay una historia apasionante.



Poneros el delantal.




Estos pimientos se enjuagan para quitar el sabor del jugo de la lata, que puede resultar algo desagradable, y se reservan.
El relleno, el queso, aquí hay varias formas de hacerlo, según el tipo de queso.
Se puede usar un queso de tipo manchego algo graso, de oveja, o de cabra, necesitamos un sabor intenso.
O bien un queso fresco tipo de Burgos, a ser posible de cabra. Esta elección es algo más saludable y no necesariamente menos sabroso.


En ambos casos se corta el queso en triángulos de la proporción similar a la de la silueta del pimiento, y con un grosor que no sea menor de 1 cm. Digamos como un dedo de gordo.
Vamos metiendo el trozo de queso dentro de los pimientos procurando que se quede bien encajado, y reservamos.


Utilizamos una sartén ancha, con un fondo de aceite, no demasiado, cuando este caliente con un fuego moderado vamos metiendo los pimientos y friéndolos lentamente por uno de sus lados. Antes de dar la vuelta se condimenta con algo de ajo molido, pimienta,sal y un toque muy suave de azúcar, a ser posible de caña.


Cocinamos por el otro lado, es conveniente que la carne del pimiento se fría, y en ese tiempo el queso se funda pero no en su totalidad, por eso es importante el grosor de la porción de queso.




The end


Es mejor tomarlos calientes, pero templados-fríos también estarán muy bien.
Es un plato increíblemente sofisticado, a pesar de la sencillez.
Se puede tomar de aperitivo, de entrante, o de guarnición para alguna carne suave, como pollo, o cerdo.








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