Vamos a curiosear una de las
comidas más interesantes, sana y que nos da el campo. El espárrago triguero.
Podemos buscarlo silvestre.
Es una planta muy localizada, este de Francia, sur de España, Italia y Grecia.
No obstante se trata de una
variedad que admite cultivo, de hecho suele aparecer en temporada en el
mercado, proveniente de siembra. Actualmente se cultiva también en Marruecos
para comercializar.
El esparrago denominado
triguero es bastante fino y de un color verde intenso. Existen variedades de
cultivo del esparrago verde algo mayores de tamaño.
Se puede encontrar también congelado
y en conserva, aunque su uso está limitado a determinados platos debido al
sabor característico del jugo que lo acompaña en la lata.
Tiene unas propiedades
alimenticias excepcionales, mucha fibra, nada de grasa y bastantes minerales y
vitaminas.
Es además un buen aliado de
la salud como diurético eficaz. Tiene un pasado reconocido como hierba
medicinal, asociado en la Edad Media a la brujería por su característico sabor
amargo.
Vamos a hablar de una comida
de campo. Con este ingrediente de campo. Esta forma de cocinar los espárragos permite
obtener todas sus ventajas saludables. Es una comida de invierno, una comida de
cuchara.
Delantal.
Usaremos una cazuela, si es
refractaria mejor, Necesita un cierto reposo sin perder calor. Aunque no es
imprescindible.
Tenemos que cortar los espárragos
con la mano y desechar el tallo que este duro y ofrezca resistencia, hay un punto
donde es frágil. Esa es la medida del corte. El resto se desecha.
Un fondo de aceite, sofreímos
el pimiento choricero, y cuando esté listo lo retiramos.
Después sofreímos dos o
tres ajos, cortados en triángulos.
Un ligero toque de cebolla
en el sofrito, muy poca rallada. Aunque en esta elaboración vamos a
usar un ingrediente especial, que se cría cerca de los espárragos. El Ajo
porro.
Se trata de un ajo
silvestre, un pariente rustico del puerro, más cercano de sabor al ajo, aunque
algo más suave.
Este ingrediente que tiene
un cierto sabor dulzón nos va a ayudar a contrarrestar el amargor natural del
esparrago.
Un tomate pequeño rallado. Que
se añadirá cuando los anteriores ingredientes estén algo reblandecidos.
Añadimos algo de sal,
un poco de pimienta molida, y algún clavo. (de olor)
Entonces añadimos los espárragos
cortados en trozos pequeños.
Necesitamos un fondo
de caldo de carne, pollo, o verduras, algún resto suave de alguna
comida o alguna sopa.
Se puede prescindir de este
ingrediente, aunque yo creo que le da una cierta consistencia. También podemos usar
un trozo de pollo o pichón que luego quitaremos, o desmenuzamos.
Añadimos el pimientochoricero desmenuzado y dejamos que hierva toda esta mezcla,
aunque no demasiado, como unos 10 o 15 minutos.
Dejamos en reposo hasta la
hora de la comida. Entonces añadimos un poco de arroz, no
demasiado, tiene que quedar caldoso y dejamos cocer unos 10 minutos vigilando
que no pierda demasiado caldo. Y algo de reposo sin que se llegue a enfriar.
Veremos como la mezcla adquiere una textura gelatinosa.
Podemos usar alguna especie más,
orégano, o romero, en muy poca cantidad, aunque en mi opinión disfraza el magistral
sabor del esparrago. Mientras que la pimienta y el clavo lo potencian.
Es una comida completa, solo
necesitamos algo de pan y un buen vino con cuerpo. Un Ribera del Duero o
Valdepeñas.
Como seguro que repetís esta
comida podréis probarlo con el que más os guste.
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