Vamos a hacer un tomate frito
muy sencillo, que va a servir de acompañamiento a multitud de platos.
En realidad más que de freír
el tomate, se trata de cocinarlo suavemente aromatizado con algunas hierbas. Según
el tipo de unión que queramos adjudicarle.
En otro apartado hablaremos
del verdadero tomate frito, y también de la salsa de tomate que son
cosas bien distintas.
El ingrediente principal es
el tomate. Lo podemos encontrar de varias formas y todas nos sirven para esta elaboración.
Crudo. Tiene
que estar bastante maduro, debemos rallarlo y desperdiciar la piel. Conviene elegir una variedad de piel fina con bastante pulpa y con sabor afrutado.
Casi todos nos sirven.
Os nombro algunos de los que
se encuentran por mi zona. (Andalucía)
El Constoluto
genovese. Es el que se suele
usar para las pastas en Italia, por tanto especial para las salsas.
El
gallego. Variedad autóctona de
Galicia. Especial para conservas con un sabor muy dulce.
El Grushovka. Es el habitual de las
conservas, El Kosovo de sabor dulce y
delicado muy adecuado para rallar y excepcional para el gazpacho.
Y el Valenciano, el tradicional de toda la vida, que sirve tanto para
las ensaladas como para cocinar. Y que tomarlo directamente de la mata aún
caliente por el sol constituye uno de los mayores placeres del mundo terrenal.
Yo en mi huerto suelo tener
el Kosovo y el Valenciano. Y algún cherry
que suele salir de simientes de otros años.
Aunque podemos usar todos
los restos que haya maduros en el fondo
de nevera.
Tomate
enlatado. Al natural, preferiblemente entero que tiene menos
aditivos. Lo hay siempre a precios muy asequibles en cualquier sitio, incluso
de marcas blancas. Siempre en la despensa.
Conserva
de tomate. Es la versión autóctona del anterior, la
conserva que se puede hacer en casa con cierta facilidad, y que después, en invierno es un fondo
de despensa muy útil.
Delantal. Porque salpica
algo.
Vamos a utilizar un tomate
en conserva envasado al final del verano, con los últimos obsequios de la huerta.
Usamos una cazuela profunda,
un fondo de aceite.
Añadimos un diente de ajo
machacado sobre el aceite caliente.
Añadimos una cebolla cortada fina y dejamos
que vaya reblandeciendo. Añadimos el tomate entero, algo de sal, y azúcar de
caña.
Ahora es cuando podemos
añadir algún toque aromático, como orégano o albahaca.
Una de las dos.
Estas dos son bastante básicas, ya iremos añadiendo alguna mas según el tipo de
comida. (Comino, Pimentón, Curry…)
Se deja cocer a fuego
moderado durante bastante tiempo. Entorno a 1 hora.
Debemos taparlo.
Llegará un momento en que sentiremos
el aroma del tomate cocinado.
Apagar el fuego.
Conviene triturarlo
bastante.
The End.
Esta comida no se suele
conservar demasiado tiempo porque fermenta con cierta facilidad, al llevar poca
cantidad de aceite, pero podemos congelarlo.
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