Cuantas
veces hemos pensado en el paraíso.
Desde
los tiempos antiguos el hombre ha sentido la necesidad de creer en la
existencia de un lugar amable lleno de cosas buenas.
La
Arcadia y El Paraíso son mitos ancestrales, con todo el espectro de dioses,
semidioses y divinidades varias, que encontramos en la parte espiritual de
todas las culturas. Incluidos los paganos, ateos y agnósticos.
Es
en definitiva algo ineludible de la naturaleza humana.
De alguna forma cada uno de nosotros tiene una imagen de este lugar idealizado, y desde luego creo firmemente que existe un afán inconsciente por encontrarlo.
Casi
siempre se encuentra cerca de la Naturaleza, o al menos en torno a ella, aunque
para algunos urbanitas impenitentes la ciudad es, en sí, una clase de paraíso.
Yo
personalmente tengo algunos paraísos más o menos constituidos.
Uno de
ellos es la isla de Mallorca.
El
hecho de asociar Mallorca con paraísos lejanos de mares tropicales es
algo recurrente.
Así lo debieron entender allá por los años cuarenta del pasado siglo XX los fabricantes de perlas artificiales, que con esta curiosa artesanía ayudaron a la idea de comparar la visita a la isla con viajes a secretas playas de los Mares del Sur.
Una
ingeniosa alquimia que imita a la naturaleza.
Bolas
de cristal y opalina se revisten con múltiples capas de una brillante laca, con
una fórmula secreta, compuesta entre otras cosas, por escamas de peces y nácar.
ORQUIDEA PERLAS DE MALLORCA. |
El
resultado, la maravillosa fantasía del valioso y exótico producto del mar.
Fue
un reclamo muy eficaz, el turismo de España prácticamente nació en
Mallorca.
Yo
suelo ir a Mallorca una vez al año.
Al norte de la bahía de Son Servera, existe un lugar donde el agua
hacia final de agosto es tibia y transparente dejando ver las recuperadas
praderas de posidonias, y una multitud de felices peces de colores azules,
dorados y plateados.
http://estaticos.elmundo.es |
La
responsabilidad de esta periódica felicidad se debe a la deliciosa hospitalidad
de unos queridos amigos.
Una
especie de familia de hecho, que
invariablemente desde hace algunos años sobre el principio de septiembre me
hacen participe de su paraíso.
De
su sitio, su mar, su casa, su comida, su compañía y la de sus muchos amigos y
demás parroquianos.
Pero ahora vamos a lo nuestro.
Voy
a hablamos de algunos productos, comidas, restaurantes y casas de comida que he
conocido y que merecen un poco de atención.
Os los iré contando según me vengan
a la memoria. La lista puede ser interminable.
Ya hemos hablado de la riqueza gastronómica de esta isla, y de la multitud de productos autóctonos de mucha calidad que se elaboran en una de las cocinas más sofisticadas de España. Intensa y llena de matices. Toda una lección de cómo aprovechar sus magníficos productos.
Una
cocina viva que se sigue haciendo por toda la zona, tanto en los restaurantes,
sobre todo en los situados fuera de las rutas turísticas, mucho más abundantes
de lo que pueda pensarse, como en las comidas cotidianas de las cocinas domésticas.
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MERCADO DEL DOMINGO EN SANTA MARÍA |
Estos son algunos sitios que deberíais conocer.
- Son Floriana. Cala Bona
- Blau Mari. Colonia San Pedro.
- Es Centro. Porreres.
- Es Celler. Petra
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