Este conocido postre es todo un clásico de la
cocina tradicional francesa.
Su extensa leyenda, con alguna anécdota
controvertida, da prueba de la fama de esta deliciosa tarta, cuya receta
original estaba realizada con manzanas.
La tarta tatin es una pariente francesa
de la reconocida tarta de manzana, tan popular en la cocina anglosajona y en su
interesante deriva hacia la cocina autóctona de los primeros colonos asentados
en la costa atlántica de Norteamérica, donde hoy en día es casi un postre
nacional.
Ya se tienen referencias de las tartas con
frutas en la cocina inglesa allá por el siglo XIV en la corte de Ricardo II.
El conocido como Ricardo de Burdeos de la
casa de Plantagenet, ocupa en el año 1.377 el trono de Inglaterra, trayendo
consigo la refinada cultura de la corte de Aquitania.
Su controvertido reinado no fue obstáculo
para que la influencia de la tradición de la cocina Occitana mediterránea
llenara de colorido y exotismo las frías cocinas de la Inglaterra medieval.
Una antigua referencia en un libro de corte ingles,
fechado en 1.390, sobre cierta tarta hecha con una masa cubierta con manzanas,
peras, higos y pasas nos descubre el origen de nuestra comida.
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La tarta de manzana por supuesto se siguió
cocinando en Francia y su recorrido en el tiempo nos lleva hasta el año 1.889
en el Hotel Tatin en la ciudad de Lamothte-Beuveron en el
centro del país.
Siguiendo con la historia y sus leyendas, fue
en las cocinas de este establecimiento familiar, donde las hermanas Caroline y
Stephanie Tatin crearon nuestra tarta.
Un descuido hizo que la preparación inicial
de manzana se cocinara demasiado llegando a una compota, lo cual fue aprovechado
por Stephanie, que cubriendo con la masa el resultado y horneándolo en el mismo
recipiente acabo creando esta interesante tarta.
El resto de esta historia puede llegar hasta
nuestros días en vuestras propias cocinas.