¿Sorprendidos?
Bueno, no es tan raro. Yo lo
probé en Mallorca.
Allí hay unos higos muy
dulces que los usan para dar de comer a sus lechonas. Imaginaros después el
sabor de esa carne asada en hornos de leña.
No hace falta delantal.
Necesitamos unos higos, no necesariamente
tienen que estar demasiado maduros, más bien enteros.
Algo de queso, mejor alguno
con sabor intenso.
Podemos decidirnos por uno
de cabra, que no esté demasiado curado, también podemos usar uno más fresco, de
textura más blanda, como Veigadarte del Bierzo, o alguna torta del casar .Extremeña, o portuguesa.
Lavamos bien la fruta.
Cortamos
los higos por la mitad en sentido longitudinal, quitándoles un poco del fondo
para que se queden estables.
Cortamos el queso en trozos
regulares y los ponemos sobre los higos.
The End.
En esta ocasión sa ha utilizado un queso de cabra curado en aceite de oliva de la Sierra Norte de Sevilla. elaborado por Corsevilla.
El ligero calor de la época de las higueras reblandecerá ambas cosas, dándole unos matices de sabor bastante agradables.
Os recomiendo como aperitivo algún vino dulce a ser posible seco.
Algo de madeira, algún jerez oloroso, lo
que tengáis a mano.
Yo tengo preferencia para
acompañar esta interesaste mezcla de sabores por un vino de nueva creación, un
diseño interesante creado por la bodega valenciana Cherubino Valsangiacom.
Una
acertada mezcla de variedades de uva, moscatel
y viura al 50% que se elaboran por
separado.
Fundimos
la tradicional mistela valenciana con
la interesante variedad de uva viura,
responsable de muchos de los blancos riojanos y uno de los componentes del cava
en Cataluña. Allí se la conoce como macabeo.
Un
vino blanco seco que suele tener una cierta acidez que contrasta perfectamente
con su compañero dulzón.
Un
consejo, si tenéis alguna higuera por vuestro huerto/jardín, fijaros en los pájaros
y coger la fruta que empiecen a picotear.
Es
sin duda la mejor.
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