Una comida
legendaria, habitual en el norte de África, fundamentalmente en Marruecos y
Argelia, aunque se conoce por todos los países de la cuenca mediterránea sur.
Es una comida ancestral,
parece ser de origen bereber.
Su leyenda se debe a que se
trata de una comida completa.
Una unión oportuna de
sémola, pequeños granos de masa dura que se cuecen al vapor y que dan nombre a
este plato, acompañada de carnes, verduras y frutos secos, normalmente pasas
dátiles y ciruelas.
Esta comida, además tiene
asociada su correspondiente cacharro para elaborarla. La cuscusera.
En realidad su elaboración,
como casi todas las comidas bereberes y de pueblos nómadas, es bastante sencilla.
Lo cual no significa que sea
simple.
Se trata básicamente de
cocinar las carnes aromatizadas durante bastante tiempo para reblandecerlas,
es habitual cocinarlo con pollo, cabrito o cordero.
Durante esta cocción
prolongada se aprovecha para cocinar verduras al vapor de esta preparación,
normalmente, calabaza, cebolla, calabacín, nabos y zanahorias.
En una segunda parte, con
este mismo procedimiento y aprovechando la necesaria larga cocción de las
carnes, se cocina la sémola, cuya elaboración tradicionalmente se debe ir
intercalando con periodos de reposo, aderezados con manteca rancia para que
este trigo no resulte seco.
De ahí el origen del
artilugio conocido como cuscusera.
![]() |
ANTIGUA CUSCUSERA EN SU APOGEO |
Es una doble cacerola, donde
la parte alta es como un colador que deja pasar el vapor de la cazuela inferior, donde se cocinan las carnes, hacia la parte superior donde se cuecen las
verduras y finalmente la sémola.
Llegados a este punto ya os
habréis dado cuenta que estamos hablando de una comida bastante interesante,
que fácilmente nos remonta a tiempos pasados.
Tanto como nuestra imaginación nos permita.
Tanto como nuestra imaginación nos permita.
Existe la creencia de que el
cuscús es el pariente del conocido cocido, comida cotidiana de los hogares, sobre
todo españoles.
Pero no es realmente así. En
su país de origen, el cuscús, es una comida de celebraciones, reservada para
ocasiones especiales.
Por eso está en este
capítulo de este blog.
Ahora vamos a ver una receta
de cuscús que suelo hacer, que está ligeramente transformada respecto a la
elaboración tradicional. Vamos a hacer una especie de mestizaje de comidas
típicamente marroquíes.
Os cuento en que consiste.
Vamos a cambiar la sencilla
elaboración del cuscús en algo un poco más elaborado.
En realidad vamos a
traspasar la frontera de la comida de los nómadas del desierto y atravesar el
refinamiento y la civilización que supuso Al-Ándalus en la historia de la parte
Occidental del Mediterráneo.
La base de esta receta radica
en la forma de cocinar la carne de este plato, que normalmente en la receta
tradicional esta hervida con especias y aromas.
Vamos a hacer lo que se
conoce como un Tagine.
El tagine es un paso más en la forma de cocinar, normalmente las
carnes, aunque puede ser apropiado también para pescados.
Se trata de cocinar a fuego
lento con abundante cebolla, aceite, especies, y frutos secos.
Pare ello
también esta comida se suele hacer en un cacharro específico el
tagine, que da nombre a este plato.
El tagine es una cazuela de
barro, con la característica especial de tener una tapadera de forma cónica,
que permite durante la cocción que la circulación del vapor vuelva siempre
hacia la comida.
Se trata de cocciones muy
lentas, de tal forma que los alimentos se cocinan en seco, con sus propios
jugos, lo cual supone llegar a unos matices de sabor insospechados.
En realidad en un tagine se puede cocinar casi cualquier
cosa. Siendo este casi bastante
diminuto.
INTERESANTE TAGIN DE KEFTA. |
Delantal.
Empezaremos por conseguir
algo de cordero, que debemos trocear en partes regulares de tamaño no muy
grande.
El espectro de los corderos en
el mercado es bastante amplio y fácil de encontrar de cierta calidad.
Yo recomiendo para esta
receta utilizar pierna o paletilla y pedir que lo deshuesen y troceen. Aunque podemos
usar la parte que nos parezca que sea jugosa y con la correspondiente proporción
de la grasa de este animal, que está tan desaconsejada en las dietas.
Como única regla importante es
eliminar todos los huesos.
Previamente maceramos la
carne con; sal, pimienta, comino, clavo, cúrcuma, jengibre, pimentón y
cualquier especie agradable que se nos ocurra.
También podemos utilizar
mezclas ya hechas, no solo de Marruecos, hay algunos curris del norte de la
India que son perfectos para este plato.
Dejamos reposar tapado en un
lugar fresco pero no frío.
En la realización tradicional
del tagine se cuece sobre un anafre. Especie de hornillo de barro
sobre el que se sitúa la fuente de calor, de carbón o ascuas. Y sobre el que se
deposita el recipiente del tagine.
![]() |
ANAFRE ANTIGUO. MUSEO DE MEDINA AZAHARA. CÓRDOBA |
Esto supone una fuente de
calor suave y continuo, es una forma de cocina ancestral que encontramos en
casi todas las culturas arcaicas, desde Asia, India, América, África y por
supuesto Europa y la cuenca mediterránea.
En Marruecos hoy en día aún es
muy común ver cocinar con este ingenio.
Pero que no cunda el pánico,
nuestro romanticismo acaba aquí.
No vamos a tener que
salirnos a la terraza o a nuestro jardín para hacer esta comida.
Os voy a contar la forma
perfecta para sustituir esta forma de cocción en nuestras casas de una forma
sencilla y reveladora que os servirá para muchas otras comidas.
Vamos a usar nuestro horno,
con una cazuela refractaria con tapadera.
Necesitamos cebolla,
bastante abundante, una proporción de 2 cebollas por cada ½ Kg de carne.
Esta es la base de que nuestra
cocción resulte perfecta ya que no vamos a utilizar ninguna clase de líquido,
solo el jugo de la cebolla que durante la cocción va desprendiéndose y mezclándose
con los ingredientes. No hay problema en excedernos en la cantidad, siendo difícil
de corregir la falta de jugo durante la cocción porque reseca la carne.
La troceamos en gajos regulares.
Tenemos que tener a mano también
algunos frutos secos, pasas, ciruelas y dátiles,
incluso higos.
Podemos añadir también algo
de membrillo
si es la temporada o manzana.
Este es un recurso de la
comida bereber, para suavizar el sabor fuerte de algunas carnes como el
cabrito.
Muy utilizado también en las
recetas de caza de carnes recias de sabor, como el corzo.
Encendemos el horno, a fuego
medio.
Vamos colocando en nuestra
cazuela capas de cebolla abundante y capas de carne con una proporción del
resto de los ingredientes.
Finalizamos con una capa de
cebolla, y añadimos algo más de especies.
Normalmente podemos añadir
algo de aceite al final, pero no os lo aconsejo para el cordero que ya de por
si esta sobrado de grasa.
Necesita buena cocción lenta,
no menos de una hora a fuego moderado, durante este tiempo todo el contenido se
va sumergiendo en el jugo fundamentalmente de la cebolla que acabara cubriendo
todo el contenido.
Si usáis un cacharro
transparente lo observaréis.
Cuando el líquido cubra la
totalidad del contenido esta lista nuestra comida.
Os aconsejo algo de reposo,
de esta forma se produce la unión de sabores de todos los ingredientes, al
menos dejar que se enfrié por completo antes de prepararlo y volver a templarlo para
la comida.
Debemos también cocer
algunas verduras al vapor, troceadas de tamaño regular.
Normalmente, zanahorias, calabacín,
nabo y calabaza.
Deben de quedar algo enteras.
Hay que recordar que la
zanahoria es algo más difícil de cocer, os recomiendo darle un poco más de
tiempo para que iguale su textura al resto de las hortalizas.
Ahora viene nuestro tercer
ingrediente, la sémola.
Este es un punto bastante
delicado, no es fácil cocer la sémola de forma que quede jugosa y suelta y que
no resulte seca.
La receta tradicional
requiere bastante tiempo, hay que hacerlo en varias veces dejar que repose con
manteca rancia cubierta por un paño para que no pierda su agua.
Pero, tenemos alguna
alternativa más que aceptable.
Podemos encontrar sémola vaporizada
que tiene una cocción mínima de apenas unos minutos, con la precaución de medir
con exactitud las parte de agua que indiquen las instrucciones.
Existen muchas marcas, las
encontrareis con facilidad.
Para que la sémola resulte
algo suelta yo aconsejo añadir al agua de la cocción mantequilla o bien aceite,
y una vez terminada taparla para que no se reseque.
Ya casi estamos terminando.
Esta es una comida que se
debe tomar caliente, o al menos templada, para conseguirlo usamos la fuente para
servirla que admita calor.
Es la ocasión de usar el
bonito suvenir de cerámica que no sabemos dónde colgar, vale tanto marroquí, como
mejicano o de Granada.
Colocamos la sémola hacia
los bordes de tal forma que permita tener un espacio en su interior, donde colocaremos
la carne caliente, lo rodeamos de las verduras, y cubrimos con parte de la
salsa de la cocción, con sus ingredientes.
Para que esta comida resulte
en el punto perfecto os aconsejo mantener esta bandeja al calor suave de vapor
cubierta para que no se reseque.
Normalmente en la preparación
tradicional el cuscús suele acompañarse con una salsa hecha de pasas, orejones
y cebolla.
En nuestro caso la elaboración
del tagine nos proporciona esta salsa.
Con el resto de la salsa,
esta vez colada, calentamos añadiendo algo de guindilla, según vuestra
costumbre, y colocamos en una salsera para acompañar nuestro plato.
The End.
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