Esto de aquí es una pequeña
trampa. Un delicioso engaño que os cautivará por su sencillez. Seréis amigos
para siempre.
Necesitamos un bizcocho, podéis
hacerlo, o bien usar uno comercial, hay algunos francamente buenos.
Lo abrimos por la mitad. Hay
que tener a mano un poco de licor, yo recomiendo un amaretto, por el ligero
sabor a almendras. Aunque podemos usar coñac u otro. Empapamos los bizcochos
con el licor en ambas partes.
Ponemos algo de leche
condensada, que sustituye a un queso del tipo mascarpone, en una de las
partes.
En la otra usamos una
mermelada que tengamos por el frigorífico, yo recomiendo de ciruela. En este
caso hemos usado una de kiwi con un alto porcentaje de fruta.
Recomponemos el bizcocho, espolvoreamos
con azúcar, nos ayudamos con un colador, y añadimos un ligero toque de canela
molida.
The End.
El mismo amaretto nos vendra bien, y un buen cafe para los que lo tomen.
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